Al redactar textos judiciales, es recomendable evitar el uso excesivo de subordinadas para facilitar la lectura, fueron los tips de Genaro.
Genaro, como explica Diario Judicial en su entrevista con su fundador, el Dr. Gustavo Arballo, secretario de Jurisprudencia del Superior Tribunal de Justicia de La Pampa, es una herramienta para facilitar la redacción de sentencias basada en Inteligencia Artificial.
Su objetivo principal es asistir al juez o relator del juzgado para procurar redactar las sentencias en un lenguaje claro, por lo que se carga en una plataforma el proyecto de sentencia para ser analizado por Genero, que lo califica con estrellas, y realizar recomendaciones, respecto a la extensión de los párrafos; a la terminología utilizada y su complejidad; y demás aspectos que respetan los parámetros fijados por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en sus “Sugerencias para la elaboración de los lineamientos generales de sentencias claras” así como por el Superior Tribunal pampeano en su “Guía de referencia para la redacción de sentencias y comunicaciones judiciales administrativas”.
Otro desarrollo muy interesante es DoctIA de David Mielnik, que siguiendo la fisonomía de los buscadores globales, se debe insertar el texto de referencia, poniendo como ejemplo “Los crímenes contra la humanidad son imprescriptibles”, para luego seleccionar el botón “obtener jurisprudencia relacionada”, oportunidad en la que se despliega un aviso que alerta que DoctIA es una prueba de concepto sobre el uso de inteligencia artificial aplicada al Derecho, destacando que utiliza inteligencia artificial de última generación para interpretar las consultas en lenguaje natural y ofrecer jurisprudencia relevante, pero está lejos de ser perfecta, por lo que como cualquier sistema de búsqueda, los resultados que muestra pueden ser irrelevantes o no servir. Para luego aclarar que el usuario tendrá la tranquilidad de que sus resultados corresponden a jurisprudencia real, aunque recomienda checkear una fuente. Esto significa que esta IA no podrá alucinar con precedentes inexistentes, como sucedió con otros desarrollos internacionales.
El Tribunal Fiscal de la Nación, por su parte, desarrolló su propio buscador de jurisprudencia asistido por IA, aclarando que no es un buscador tradicional por palabras clave o nomencladores, sino que utiliza un algoritmo de IA para entender la intención de la consulta y ofrecer jurisprudencia relevante, emulando el razonamiento humano, por lo que cuanto más precisa sea la consulta y mayor el contexto proporcionado, mejores serán los resultados. Como ejemplo de buenas consultas cita: “Las sanciones administrativas son una herramienta para hacer efectivas las reglas jurídicas y gestionar su incumplimiento”; “Incumplimiento del plazo legal para resolver recurso administrativo”; “Declaración jurada engañosa como elemento subjetivo de la defraudación tributaria”; “Nulidad de notificación por irregularidades procedimentales en el sumario infraccional”; “Facultades de la Aduana para apartarse del precio declarado como base imponible de derechos de exportación”. Cualquier inquietud recomienda comunicarse con David Mielnik, también autor de DoctIA.
Finalmente, el Estudio Jurídico Harris Sliwoski, con sedes en diversas partes del mundo, explica que la IA ofrece a los abogados la oportunidad de evolucionar como profesionales del Derecho, aumentar la eficiencia, ampliar las capacidades y transformar la prestación de servicios jurídicos, haciéndolos más rápidos y rentables para los clientes. Eso, por supuesto, si se domina la tecnología y se aprende a interactuar con ella de forma que produzca los mejores resultados.
Es imperativo -continúa- que los abogados adopten y aprovechen las capacidades de la IA, para lo que deberán cambiar la forma en que enfocan su trabajo, adquiriendo nuevas habilidades y adaptándose a la tecnología. Al implementar la IA, el abogado deberá abordar el problema de diferentes maneras; perfeccionar sus técnicas de construcción de consultas; y perfeccionar sus habilidades de pensamiento crítico para evaluar e interpretar los resultados generados por la IA.
Con estas iniciativas y en línea con el título de esta nota, la recomendación es adopte la IA, no de tantas vueltas.
(*) Abogado, especialista en Derecho Informático