domingo 24, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

La corrupción y la falta de ética y de moral nos engendraron un presidente anarco-libertario

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Por Luis Esterlizi (*)

El hombre es una vocación indeclinable hacia formas superiores de vida. En el seno de la humanidad que soñamos, el hombre es una dignidad en continuo forcejeo y una vocación indeclinable hacia formas superiores de vida.

El hombre no es una personalidad libre hasta que aprende a respetar al prójimo. Hay una libertad irrespetuosa ante el interés común, enemiga natural del bien social. No vigoriza al yo sino en la medida que niega el nosotros y ni siquiera se es útil a sí misma para proyectar sobre su actividad una noble calificación (…) La misma ley moral no lo considera como ente aislado, como principio personal sino como visión máxima del ideal de conducta universal (…) El grado supremo sólo llega a lograrse, cuando sobre ese ciego deseo de poder y sobre la arbitrariedad del individuo se sobrepone, en uno, la voluntad de libertad, de soberanía del hombre, la voluntad racional. El hombre no es una personalidad libre hasta que aprende a respetar al prójimo”. La comunidad organizada – Editorial Codex – págs. 36/37 – 1974.

Introducción

Como una manera de desentrañar quién es el hombre elegido como actual presidente en democracia, es necesario introducir el análisis sobre las ideas que expresaba como candidato y lo que en realidad expone durante su mandato, ya que -después de nueve meses en el Gobierno-, hay evidencias ciertas de propósitos que nunca fueron claramente expuestos.

Los argentinos debemos conocer fehacientemente cuál es su real intento, para no enterarnos después de su decisión inconsulta ya que el pueblo es el fundamento principal de la democracia. Por el momento soportamos -tanto los que creyeron en sus promesas como los que no lo votaron, aunque el tremendo ajuste afecta fuertemente a los sectores más humildes y la clase media- al mismo tiempo que se advierten claros síntomas de que se acaba la esperanza del cambio prometido.

Para mí es fundamental analizar sus intenciones a partir de los conceptos filosóficos aprobados por el Congreso Mundial de Filosofía realizado en 1949 en Argentina, que le dan claros fundamentos a la evolución social de los pueblos decididos a constituir una comunidad organizada, según lo indican segmentos extraídos de las ideas centrales, puestos como preludio del presente artículo. 

El libertario

“En el ideario anarquista, el libertario es el que defiende la libertad absoluta y -por lo tanto- la supresión de todo gobierno y de toda ley (…) A su vez, el liberal-libertario es un término que fue propuesto en 1972 por el filósofo y sociólogo marxista Michel Clouscard en su libro titulado Neofascisme et idéologie du désir (en español: Neofascismo e ideología del deseo /génesis del liberalismo libertario).

Por lo tanto, el libertarismo combina la defensa del individuo como ente capaz de incidir en un sistema económico con la reivindicación de la fuerza organizativa del mercado en la economía nacional” (fuente: CNN Español).

Esta ideología es afín al dominio de las altas clases sociales -sobre todo, si el gobierno disminuye el poder del Estado que representa los intereses de la ciudadanía y al de las entidades intermedias privadas que representan intereses de los distintos sectores gremiales, sociales, profesionales, etcétera-.

“No” a la confluencia pública-privada

Por lo tanto, son los gobiernos autocráticos los que concentran en sus decisiones las del Estado y disponen que el pueblo no tenga otra representatividad más que la de los partidos porque éstos, por medio de elecciones, legalizan los gobiernos.

De esta forma comprobamos qué el actual Presidente Milei – autoproclamado liberal libertario – en verdad lo que impide es la confluencia pública-privada, ya que -unidos- ambos sectores mejoran los controles del libre albedrío en en el manejo del mercado.

Es bueno poner en claro que Milei, para conseguir el apoyo que necesitaba para ser presidente y llevar adelante este plan, utilizó el tema de la corrupción y el déficit estatal, por un lado, así como la corrupción y el manejo discrecional de las conducciones en entidades políticas-partidarias, sociales, sectoriales, etcétera, llamándolos “la casta”, la que en gran medida se amoldó a la tremenda crisis ética y moral que azota a Argentina desde hace 40 años.

Esta realidad fue el pretexto que -popularmente expresado- le cayó como anillo al dedo, con la clara diferencia que, en vez de destruir el Estado y las entidades intermedias, lo que debería hacer es combatir la corrupción y recuperar -dando el ejemplo- la ética y la moral del pueblo en su conjunto.

Sin embargo, esto no sucedió ya que -como lo demuestran los últimos hechos- utiliza a “la casta” para consolidar su poder y conseguir lo que para un liberal libertario es fundamental: suprimir los controles de entes superiores como el Estado y el poder del pueblo organizado. Definitivamente lo que busca es disgregar la sociedad, generando una libertad individual irrespetuosa con el interés común. 

De esta manera fue introduciendo sus nefastas y retrógradas políticas -muchas de las cuales se remontan a las practicadas por la generación del 80- necesitando ser el Presidente que tenga un poder superior a los poderes Legislativo y Judicial y avanzar libremente con sus DNU y el veto -ipso facto- a quien modifique o suprima sus propuestas.

Estos sucesos promueven una división en la sociedad entre el sector político y referentes de distintos sectores, que cuidan su posición pensando en las elecciones en 2025, mientras la sociedad soporta la prolongación de un ajuste que para nada afecta a “la casta” sino a jubilados, trabajadores, pymes, universidades, empresas del Estado a privatizar, etcétera. Por lo expuesto, las opiniones se dividen entre quienes están totalmente disconformes con el gobierno de Milei y quienes aún lo sostienen, a pesar de que los índices de la reactivación económica no se notan, la desocupación sigue aumentando como la pobreza y la recesión, etcétera, lo que pone en evidencia que la luz al final del túnel -para muchos- se apagó definitivamente.

El último viaje de Milei

Mientras el pueblo sufre el desamparo y las graves consecuencias del ajuste, Milei viaja a EEUU para conectarse con los sectores financieros hablando en Wall Street y políticamente leyendo su discurso en la Asamblea General de la ONU.

Destaco que su histriónica, violenta y a veces payasesca forma de expresarse resulta un buen argumento para atraer la platea que lo escucha ya que en los escenarios en los que habló, dejó una especial impresión que lo diferencia de las exposiciones de otras personalidades. En el caso de Milei nadie asegura si los aplausos o festejos son para el contenido de lo que dice o por los gestos y formas de cómo lo dice.

Por eso observo que después de su presentación en Wall Street, en la bolsa porteña el índice líder S&P Merval cayó 2,8% y las retracciones más importantes fueron de Loma Negra (4,1%), Mirgor (tres por ciento), YPF(2,8%) y Banco Macro (22,7%). En Wall Street los ADR que más cayeron fueron los de Loma Negra (3,6%), YPF (3,2), Pampa Energía(tres por ciento) y Macro (2,9%).

Mientras tanto, con su discurso en la ONU, dejó -entre otros- los siguientes conceptos y opiniones:

”Para aquellos que no lo saben, yo no soy político, soy un economista liberal-libertario”. 

”El Estado de Israel es el único país de Medio Oriente que defiende la democracia liberal”. 

“Sepan que la Argentina va a abandonar la posición de neutralidad histórica que nos caracterizó y va a estar a la vanguardia de la lucha por la libertad”. 

“Queremos expresar oficialmente nuestro disenso sobre el Pacto del Futuro, firmado el día domingo”. 

Conclusión

Ante estas pavorosas circunstancias, pienso que la derrota de la política anarco-libertaria ocurrirá por sus propios desaciertos y su alocado intento de volver a un pasado por medio de garrotes, piquetes, persecuciones y la utilización de “la casta” que el mismo Milei denostó. A los nueve meses de su gestión, se va opacando el apoyo de sectores juveniles y de la clase media, que habían creído en él.

Sólo lo sostienen -enceguecidos por sus egoísmos- quienes, amparados en sus poderes económicos y financieros, siguen tentados con sus cantos de sirena.

Los argentinos debemos preocuparnos por consensuar nuestro proyecto nacional para que, superando esta catástrofe, irrumpa en el horizonte ennegrecido por esta decadencia el sol de nuestras conciencias, que iluminen el camino de la realización de Argentina, superando la corrupción política e intromisión de intereses ajenos a nuestra razón de ser libres, independientes y soberanos. 

(*) Ex ministro de Obras Públicas de la Provincia de Córdoba 

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