Ayer la ultraderecha consiguió resultados significativos en las elecciones de Turingia y de Sajonia, dos de las cinco “nuevos” estados federados que se agregaron cuando se produjo la restauración de la unidad alemana, en 1990.
En el primero de los nombrados, el partido de ultraderecha “Alternativa para Alemania” (AfD, por sus siglas en alemán) venció y, en el segundo, quedó atrás de la Unión Demócrata Cristiana (CDU, por sus siglas en alemán).
Consecuencias para el gobierno federal
Estos resultados significan una verdadera catástrofe para la coalición que gobierna a escala federal, la denominada “coalición semáforo” -en alusión a los colores que representan a los partidos que la componen: el Partido Socialdemócrata (rojo), el Partido Verde y el Liberal (amarillo)-. Estos tres partidos no tendrán más incidencia en la política de estos dos estados: los liberales directamente quedaron fuera de ambos parlamentos ya que en ninguno de los dos alcanzaron el porcentaje mínimo de cinco por ciento de los votos. En tanto, los verdes quedaron fuera del parlamento de Turingia, donde sólo consiguieron 3,2% de las voluntades y, en Sajonia, penden por un hilo: lograron apenas 5,1% de los votos.
Socialistas
En tanto, el Partido Socialdemócrata, al que pertenece el actual canciller Olaf Scholz, sufrió el peor resultado en la historia desde la fundación de la República Federal Alemana, en 1949: obtuvo un paupérrimo 6,1%.
Los grandes ganadores
La mencionada AfD obtuvo en Turingia el primer puesto con 32,8% de los votos, casi 10% más que la CDU -el partido que más tiempo gobernó en la historia de la República Federal, con largos mandatos de Konrad Adenauer, Helmut Kohl y Angela Merkel y, en la actualidad, la primera fuerza opositora en el parlamento alemán-. En Sajonia, la AfD quedó atrás de los demócratas cristianos pero logró un llamativo 30,6% de los votos. Cabe señalar que, en ese estado federado, los demócratas cristianos gobiernan actualmente en coalición con los verdes y los socialdemócratas, es decir, la misma “alianza semáforo” que dirige los destinos del país.
Por su parte la “Alianza Sahra Wagenknecht” (BSW, por sus siglas en alemán), formada por ex parlamentarios de la izquierda (Die Linke) a finales del año pasado y liderada por la política que le da nombre, logró el tercer puesto tanto en Turingia (15,8%) como en Sajonia (11,8%). El nuevo partido, que en las elecciones europeas obtuvo 6,2% de los votos, se pronuncia a favor de un Estado de bienestar y critica el apoyo militar del gobierno federal a Ucrania, así como las sanciones contra Rusia. En los últimos tiempos se sumaron a las posturas históricas de la ultraderecha: rechazo a medidas que favorezcan la inmigración y a los derechos de personas LGTBI.
Die Linke, obviamente debilitada por el mencionado traspaso de diversos parlamentarios a las filas de la ultraderecha, también sufrió una derrota histórica: en Turingia, donde aún gobierna, cayó de 31% a 12% de los votos. En Sajonia, para decirlo en términos futbolísticos, “se salvó por poco del descenso”: si bien obtuvo menos del cinco por ciento de las voluntades requerido para seguir en el parlamento del estado asociado, permanece en éste gracias a dos mandatos directos de la ciudad de Leipzig.
Quién es Sahra Wagenknecht
Sahra Wagenknecht-Niemeyer -ése es su nombre completo- es, justamente, una de las “desertoras” de Die Linke. Sus posturas nacionalistas y socialmente conservadoras -más cercanas a la ultraderecha que al ideario izquierdista- la llevaron a fundar su propio partido, la “Alianza Sahra Wagenknecht – Por la Razón y la Justicia”.
Una triste coincidencia
El triunfo de la AfD -la primera victoria de la ultraderecha, en la historia alemana posguerra, en una elección regional- ocurre a exactos 85 años de la invasión nazi a Polonia, que comenzó el 1 de septiembre de 1939, hecho que dio inicio a la Segunda Guerra Mundial.
Más allá de este dato, es improbable que la AfD gobierne en Turingia o Sajonia, pues para ello necesitaría de una alianza con la CDU, que cultiva una política de “no-cooperación” con los ultras.
Nuevos desafíos
Anoche, la copresidenta de la AfD, Alice Weidel, aseguró ante las cámaras del canal de televisión ARD que su partido quiere gobernar Turingia y, más allá de eso, afirmó: “Los resultados de hoy (por ayer) son también un castigo para el gobierno de Berlín” y agregó: “La coalición debería preguntarse si puede seguir gobernando. A más tardar con las elecciones de Brandeburgo también debería plantearse llamar a nuevos comicios”, posibilidad que los representantes de los partidos de coalición del gobierno federal descartaron.
Cabe señalar que Brandenburgo, otro de los “nuevos” estados federados, celebrará elecciones el próximo día 22.
Punto de inflexión
Para el dirigente socialdemócrata Sigmar Gabriel, el resultado de anoche representa un punto de inflexión, ya que el centro se achica en detrimento de las posturas extremas de derecha (AfD) y de izquierda (BSW).
El mismo término utiliza el semanario Der Spiegel. El periodista Christoph Hickmann sostiene que los resultados de anoche no constituyen una debacle sólo para la coalición gobernante en el orden federal sino también para la democracia liberal.