Admiten planteo de daño emergente debido a la mala praxis del abogado

Al comprobarse que el letrado dejó vencer los plazos para recurrir la sentencia, lo que ocasionó perjuicio a su cliente por la caducidad de la instancia, representó un incumplimiento suficiente para responsabilizar al profesional por los daños, más allá de la calificación como locación de obra o servicio de la tarea de los letrados, la Cámara 9ª Civil y Comercial de Córdoba admitió la demanda por el daño emergente, generado constitutivo de los honorarios pagados a su abogado.

La demandada interpuso recurso de apelación en contra de la sentencia de primera instancia, en la cual se hizo lugar parcialmente a la demanda y se ordenó el pago al actor de una suma de dinero en concepto de daño emergente, con intereses, más costas al demandado.

La accionada se agravió de la responsabilidad atribuida por el juez a quo al vínculo abogado.cliente como locación de obra, cuando la doctrina mayoritariamente la califica como locación de servicios y, por lo tanto, se trata de una obligación de medios y no de resultado, haciendo hincapié a su carácter de patrocinante. Asimismo, se quejó respecto del pago de los honorarios, invocando que no es cierto y no fue probado que dichos honorarios fueran efectivamente pagados por el actor.

El tribunal integrado por los vocales Jorge Eduardo Arrambide (autor del voto), Verónica Francisca Martínez y María Mónica Puga, al analizar la apelación, indicó que “ el calificar como una locación de obra o de servicio es una discusión doctrinaria que no cambia el resultado del presente al entender que se considerarse locación de servicios, como pretende el apelante, no implica que estaría exento de reproche, puesto que el reclamo del actor es en relación a que Z. dejó perimir la causa ”.

De lo expuesto se derivó que “ está claro que en ningún caso puede un abogado patrocinante prometer la victoria en la causa, sólo compromete sus gestiones, con lo cual, esa diligencia puesta es a que la causa avance, no a un resultado determinado y fue en ello en lo que se atribuye responsabilidad al demandado Z. y por ello es que se lo condenó ”.

Encuadre

Así las cosas, la alzada interpretó que “ aun admitiendo el encuadre de las tareas encomendadas al letrado como locación de servicios, ha igualmente faltado a su deber de prestar ‘un servicio más o menos continuado de asistencia profesional, subordinado a las contingencias de todo pleito, a cambio de una retribución’, pudiendo el cliente hacer cesar dicha relación en cualquier momento, salvo pacto en contrario ”.

En el fallo se agregó que el demandado Z. “ no logró probar falta de culpa en dejar que la causa perimiera, destacando que sus dichos en relación a que perdió contacto con el cliente G. C. carecen de eficacia puesto que, de haber sido así, podía haberlo expuesto en el expediente y en su caso, renunciar al patrocinio dada su gestión infructuosa en ubicar al patrocinado ”.

En esa dirección, el pronunciamiento apuntó que “ así fue dicho por el juez en la sentencia, al igual que tenía la posibilidad de interponer el recurso de apelación en el accidente de tránsito, el que no necesita la firma de la parte, para dejar a salvo su responsabilidad ya que consta en el SACM, que no se interpuso el recurso luego de dictarse el auto de perención el 9 de diciembre de 2019 ”.

“ Es evidente que un mínimo de diligencia aún en el marco de una locación de servicios exigía mantener viva la instancia, o bien, renunciar al patrocinio en caso de que resultaren infructuosas las tareas destinadas a lograr la colaboración necesaria del cliente a la que alude ”, agregó el fallo.

Información incorrecta

En cuanto a que su cliente le habría proporcionado información incorrecta, respecto a los daños físicos que recién se exteriorizaron con el acceso al sumario penal, ya que en todo caso si, como dice el letrado, la causa estaba perdida al revisar el sumario, la cámara evaluó que el abogado debió apartarse inmediatamente del patrocinio “ porque también era un deber ético hacerlo, o en su caso asesorar al cliente en el sentido del mejor modo de evitar una condena a futuro, nada de lo que hizo el letrado que, simplemente, abandonó la causa ”.

En cuanto al segundo agravio, el profesional adujo que no era cierto y no fue probado que dichos honorarios fueran pagados efectivamente por el actor, “ por lo que, el daño emergente no existe o no fue acreditado por el actor ”, y se sostuvo al respecto que la impugnación del recibo de pago, “ no fue sucedida por una pericial caligráfica, y también el recurrente dejó precluir las oportunidades para ello ”.