La semana pasada, luego de meses de negociación, el gobierno nacional logró aprobar la llamada Ley Bases, que busca establecer los pilares de la gestión libertaria. En este contexto, se espera que se inicie la nueva etapa del país, donde las características son menor intervención estatal y más desregulación de la economía. En este contexto, las clínicas y sanatorios de la provincia de Buenos Aires alertaron sobre el impacto que esta nueva norma tendrá en el sector, en especial por una medida clave: el fin de la emergencia sanitaria.
Declarada al inicio de la pandemia, generaba una serie de beneficio para los integrantes del sistema de salud, como subsidios y otras cuestiones, que al eliminarse podrían dejar al borde del colapso a muchos establecimientos.
“La Ley Bases que fue aprobada por el Congreso perjudica al sector por la eliminación de la emergencia sanitaria, la cual se prorrogó sucesivamente desde 2002 y protegía los activos de las clínicas y sanatorios ante posibles ejecuciones de la AFIP”, dijo Gustavo Elicabe, presidente de la Federación de Clínicas, Sanatorios, Hospitales de la provincia de Buenos Aires (Fecliba) seccional Mar del Plata, quien reconoció que hay una crisis “que lleva muchos años”.
Espada de Damocles
“La emergencia sanitaria servía de paraguas para que las clínicas no sean demandadas por la AFIP. Esa emergencia ahora se cae y no ha sido reemplazada por nada”, alertó el profesional en declaraciones periodísticas.
“Ahora AFIP puede salir a embargar a todos los que deban impuestos, incluidas las clínicas y sanatorios y muchos deben impuestos por que nunca se hizo una reforma impositiva acorde al sistema de salud”, alertó el titular de esta federación que agrupa a casi una veintena de clínicas polivalentes y monovalentes en todo el territorio bonaerense.
Elicabe también advirtió por la quita de distintos subsidios y créditos y el cierre del programa nacional de Fortalecimiento de los Equipos de Salud para la Calidad y la Seguridad (Fescas), el cual era utilizado para pagar hasta 30% de los sueldos, según confió. “Hay una retirada de parte del Estado”, sintetizó, en una expresión que es compartida por otras asociaciones de clínicas a lo largo del país, preocupadas por la situación de virtual quebranto en que se encuentra el sector prestacional. La cámara cordobesa, Aclisa, no alzó la voz aunque se sabe que algunos de sus miembros comparten la evaluación.
En los últimos días, la Unión Argentina de Salud (UAS) advirtió que por la coyuntura económica, más de 5 mil centros privados de la salud se encuentran al borde de la quiebra por “no tener márgenes para enfrentar ni siquiera el corto plazo” y reclaman asistencia del Estado nacional.
Piden medidas urgentes
“La ecuación económico-financiera de las entidades está rota y se requieren medidas urgentes para no llegar a límites de los cuales no se podrá volver”, advirtió la entidad a través de un comunicado. También dijo que el último aumento salarial que recibieron los trabajadores del sector, del 28%, “se suscribió muy a pesar de la situación de quebranto que muchos prestadores del sistema están atravesando”.
En este contexto, Elizalde aseguró que en muchos casos las instituciones de salud no son sustentables y puso como ejemplo lo que sucede en Mar del Plata: “No hay grandes dueños”, sino pequeños accionistas que resultan ser los propios médicos. “Son todas pequeñas partes. No es algo nuevo. Hace 30 años los médicos ponen plata para que las clínicas sigan funcionando”, confió, al hacer una descripción que comparten con las clínicas privadas de las ciudades del interior provincial cordobés.
Por otra parte, Elicabe remarcó que la recesión en la actividad económica tiene su corolario en el sistema sanitario con una caída en las cajas de las clínicas privadas por la merma de la cantidad de afiliados. “Las instituciones no son ajenas a la problemática de la devaluación y el aumento de costos”, razonó. “Cuando hay una retracción de la economía, hay menos gente que tiene obra social porque cada persona que se queda sin trabajo, se queda sin prepaga. Por ende, hay una retracción de la cantidad de afiliados que se atiende en el sector”, explicó Elicabe. “Muchos las cuotas no las pueden sostener y se pasan a otros planes o a otras prepagas. Otros vuelven a su obra social de origen. Hay un trasvase entre distintas instituciones que afecta a los afiliados y a las obras sociales”, indicó.
Migración de pacientes
En este sentido, la medicina privada lleva encarecido este año cerca de 40% por sobre la inflación, mientras al menos 3% de afiliados de prepagas se pasaron a la salud pública.
Pero las guardias de los hospitales, la gran mayoría dependiente de las provincias y municipios, reciben cada vez más casos, con o sin cobertura de obra social.
El año pasado, según el portal especializado MiradaProfesional, la torta de la salud se repartía en: 36% hospitales (en ascenso); 60% clínicas sindicales; 13% prepagas (ahora habrían bajado a 10%) y 10% combinación de sistemas. Por las guardias de los 46 hospitales bonaerenses desfiló en abril 18% más que en el mismo mes del año anterior, 212.877 en total, recordó.
En la secretaría de Salud de la Nación señalan que actualmente se produjo una reversión hacia el sector público, ya que se propició una mayor y mejor competitividad con el objetivo de mejorar la calidad de las prestaciones tanto desde el sector privado como en el sector público.
Destacan asimismo que se redefinieron las competencias de los Estados nacionales y provinciales, y se hizo más eficiente la gestión del PAMI, volcando todos sus recursos a mejorar sus prestaciones en beneficio de los jubilados.
Quedaría un mes más de ajustes en la carrera entre cuotas e inflación que podrían determinan un éxodo mayor de afiliados de prepagas o un reacomodamiento de los planes “mixed” que promocionan, combinando coberturas diferenciadas y copagos. También de una generalización de los vouchers de salud podrían surgir alternativas de asociación, sobre todo regionales, que redistribuyan afiliados. Lo cierto es que todo el sistema se está redefiniendo desde el sector financiador hasta el conjunto de la cadena prestacional.