Por Ana Becerra, Zulma Dinca, Daniel Gay Barbosa (*)
En la entrega anterior comenzamos a compartir con ustedes lo que vivimos a partir del examen para matrícula de mediadores del año pasado, del cual fuimos uno de los tribunales examinadores.
Comentamos que a raíz de que J.A., quien era requerido en una mediación, se comunicó con uno de nosotros para informar que no iba a poder concurrir y, además, preguntó ¿qué era esa citación?, ¿por qué lo citaban?, ¿quiénes eran los que lo citaban? y varios otros interrogantes, nos propusimos reseñar qué es y en qué consiste la evaluación de mediadores para la obtención de la matrícula definitiva. Creemos que su difusión servirá de conocimiento general y para continuar con el proceso de legitimación y reconocimiento a la tarea de los mediadores en la gestión de los conflictos. Lo haremos en forma escueta, y respetando la confidencialidad comprometida por cada uno de nosotros al momento de la aceptación a la convocatoria con la que fuimos honrados.
Año a año se comprueba, según nuestro criterio, la inteligencia y el buen tino de quienes pensaron un examen integrado con tres aspectos: una evaluación escrita, que otorga 40 puntos, presentación de antecedentes verificados, certificados y homologados conforme una tabla predeterminada, que concede 20 puntos, y una entrevista personal, que suma 40 puntos. Para la obtención de la matrícula definitiva es necesario haber alcanzado como mínimo 60 puntos.
En nuestros cursantes pudimos comprobar que es opinión generalizada que la capacitación en mediación comienza con los cursos Iniciales y nunca se detiene ni termina. Pudimos interactuar con ellos, verificando que los criterios objetivos y la autoevaluación son herramientas que desde la matrícula provisoria los mediadores utilizan, perfeccionan y les permite identificar sus fortalezas y debilidades para alcanzar un buen resultado en el examen, ya que la experiencia lograda en el ejercicio de su profesión de base le requiere un esfuerzo agregado para su acomodación al nuevo rol.
Comprobaron junto con nosotros que el manejo de la teoría, legislación y temas específicos no es capricho de alucinados evaluadores ni para elucubraciones de gabinetes encerrados en burbujas alejadas de la realidad social. La elaboración de conceptos, el dominio y aplicación de ellos legitima la actuación en la mesa, da respaldo y confianza a quien los tiene y permite respaldarse en ellos, en situaciones que podrían ser difíciles.
Lo importante es que estas ideas plasmadas son un resumen de nuestras entrevistas, pero son ideas desarrolladas por los entrevistados y varios que lograron la matrícula definitiva reconocían en lo descripto la forma de haber transitado el trayecto para el logro del objetivo. Ese recorrido también necesita un tiempo de decantación, de profundización y que en definitiva es aprehensión de conceptos y contenidos, muy útiles al momento de gestionar en la mesa de mediación.
Pero también queremos decir que encontramos en los evaluados capacidad de resiliencia, aprendida, aplicada y ejercitada ante situaciones particulares de gravedad, control de emociones, manejo de situaciones inesperadas, que nos hacen tener esperanza de que las potencias que se muestran en el camino pueden ser realidades concretas si los interesados se aplican y esfuerzan a ese logro.
Es importante decir que quedamos satisfechos de que los pocos que no lograron el objetivo de obtener la matrícula en este intento, pudieron reconocer con nuestra ayuda algún ajuste que seguramente les permitirá el logro de ese objetivo. También hubo quien identificó claramente sus fallas y desaciertos, lo que hace más fácil el camino.
Lo primordial es que al entender que a veces el trayecto se hace sinuoso y aparecen dificultades, es momento de fortalecerse; y que sólo es diferimiento de logro, un alto en el recorrido, el que seguramente será retomado con más fuerza, ímpetu y madurez.
Cerraremos esta nota, con alegría y satisfacción, ya que, en varios de los Mediadores, pudimos reconocer las ganas, las potencialidades, la autoevaluación y la mesura que nos asegura que las nuevas matrículas traerán el empuje, la fuerza y la pasión que seguramente necesitan los RAD (Resolución Alternativa de Disputas), para ser más efectiva y eficientes para la sociedad que los usa.
Por nuestra parte, comprobamos también que mantenemos intacto y fortalecido las ganas, la pasión y el empeño para seguir trabajando para la mejora de la gestión de los RAD, y si en el 2024 fuéramos honrados nuevamente para integrar los tribunales evaluadores, lo haremos con las mismas ganas que la primera vez que fuimos convocados, pero cada vez más enriquecidos por nuestras experiencias de acción con los colegas y por la interacción con todos los evaluados.
(*) Miembros del Tribunal Evaluador N° 2
Que justas palabras!
Hermosa nota!
Solo que la “entrevista”, es un examen oral!
Y si…es comenzar…y nunca terminar, las capacitaciones son permanentes!
Ojalá se promueva esta practica asi los mediadores puedan brindar todo lo que tengamos para dar!