Los mediadores denominamos “premediación” la comunicación que establecemos con las partes -antes del procedimiento en sí- fundamentalmente cuando es presencial, en temas familiares, que son etapas previas al juicio a las cuales los involucrados pueden o no asistir con letrados que los patrocinen. Es importante establecer con ellas un contacto anticipado. Quien no tiene alguna relación con temas jurídicos y simplemente recibe una “cédula de notificación” en la que se le informa que deberá concurrir tal día, a tal hora para encontrarse con fulanito, además de una enorme preocupación vive una gran incertidumbre acerca de qué tema o temas serán los motivos de esta convocatoria. Por eso los mediadores podemos usar la herramienta de la “premediación”.
Así, vía telefónica, llamamos a las partes y les informamos sobre las características que tendrá el encuentro. Generalmente escuchamos una catarata de reclamos, descalificaciones y demás acerca de quien los convoca; por eso será tarea del mediador tranquilizarlo y hacerle saber que es un proceso respetuoso, confidencial, neutral y sobre todo que tendrá la oportunidad de escuchar lo que el otro tiene que decir, antes de encontrarse con un juicio, en el que tanto los costos emocionales como económicos serán mayores.
En mi experiencia esta charla los tranquiliza, más cuando nos damos a conocer y les explicamos que seremos uno de los mediadores con quien tendrá la reunión. Lo primero que las personas piensan es que han sido denunciadas y cuando se les aclara que no se trata de denuncia alguna y que con la mediación tienen la posibilidad de que conversando puedan poner fin al conflicto y firmar un acuerdo que concluirá con el problema y le garantizará su cumplimiento -porque en caso de incumplimiento es ejecutable- se sienten más protegidos acerca de las decisiones a tomar. También les da la posibilidad de hacer una consulta con un abogado sobre el tema, previa a la audiencia, e incluso asistir acompañados por el profesional. Este diálogo personal, a través del teléfono, los individualiza como personas, los califica como seres humanos merecedores de un trato poco frecuente, en el que siempre sienten que no son escuchados y el reclamo es “no hay justicia”. Es una manera de singularizar a las partes y hacerles sentir que están siendo atendidos, escuchados.
También sobre esta cuestión debemos trabajar porque lo que a veces se considera como justo o injusto es la idea que tienen acerca de su posición ante el reclamo o la respuesta a éste. Debemos informarles que existen leyes que regulan temas como: contacto entre progenitores e hijos, obligaciones de asistencia, diferentes características de parejas, etcétera. Cuando la parte escucha quiénes somos y por qué los llamamos, primero se sorprenden y será nuestra tarea brindarles información clara, precisa, breve, sobre las motivaciones de esta comunicación. Muchas veces temen estar siendo estafados o engañados porque les parece poco probable que quien será “su mediador” establezca primero un contacto telefónico. Pero, utilizando un lenguaje sencillo y sin alterarnos cuando comienzan a descalificar a la otra parte o, incluso a nosotros mismos -agrediéndonos por esta intervención- y seguimos siendo firmes pero respetuosos, frecuentemente el interlocutor escucha y puede darse la posibilidad de pensar en esta alternativa. Finalmente, también lo invitamos a que asista a la mediación, que no va a perder nada y va a ganar mucho sí logra cerrar el tema pendiente y de último, si no le convence un posible arreglo puede tomarse otra audiencia que le permita poder consultar. En fin, desde mi visión y mi práctica es de gran utilidad la premediación y es una útil inversión de tiempo porque en un importante número de casos, gracias a esta comunicación previa, las personas asisten al encuentro. Por eso es también de vital importancia que se adjunten a los datos personales, los teléfonos y correos de las partes, de lo contrario será imposible transitar esta etapa
Aquí los mediadores valoramos mucho el trabajo en equipo, porque nosotros no receptamos las solicitudes de mediación; nos llegan por sorteo, por medio de la mesa de entradas del Centro Judicial o por derivación de las Asesorías de Familia y será el personal encargado de esta tarea, de sumar la mayor cantidad de datos de los involucrados, que nos permitan a los mediadores llevar exitosamente este paso previo, al cual llamamos “premediación”. De esta manera, todos colaboraremos para poder intervenir en las conflictivas familiares, muchas veces resueltas en el proceso de mediación propiamente dicho, llevando la paz y tranquilidad necesarias para que esa familia siga adelante.
(*) Mediadora – Licenciada en comunicación social
Muy bueno Elba !!! Coincido en todo… Importantísima tarea, con importantes efectos. ¡Cariños!