viernes 22, noviembre 2024
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Primeros cien días: política contractiva, avance fiscal y costo social

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“Vamos a caminar a una recesión un poco más profunda y aguda”, anticipó un analista económico del Centro de Economía Política Argentina

Los primeros 100 días del Gobierno del presidente Javier Milei han transcurrido entre la necesidad de equilibrar las cuentas fiscales en una economía a las puertas de la hiperinflación y la contraparte de este proceso, que es la capacidad de la población de resistir las severas políticas de ajuste sin incrementar la cifra de pobreza, según analistas económicos.
Se cumplieron ayer 100 días del mandato del libertario y entre los resultados concretos de las primeras medidas de “shock”, se encuentran dos meses consecutivos de superávit primario y financiero, en enero y febrero pasados, acumulación de reservas y la progresiva estabilización del dólar.
A decir de los analistas, se observa también un “achicamiento” de la brecha entre los distintos tipos de cambio que rigen en el país sudamericano, tras la fuerte devaluación de diciembre pasado, lo que genera condiciones para un eventual levantamiento del control cambiario.
Todos estos factores convergen, sin embargo, en la elevada inflación existente desde antes de su mandato, que en febrero pasado alcanzó 276,2 por ciento interanual, la más alta en tres décadas.
La realidad económica del país refleja el aparente primer ordenamiento de las cuentas públicas, producto de severas medidas, como la eliminación de obra pública, la reducción de los subsidios a la energía y el transporte, la supresión de ciertas instituciones estatales y el aumento de varios impuestos (exportación, importación y compra de divisas) por el lado de la recaudación.
La realidad evidencia ingresos familiares y jubilaciones que no pueden seguir el ritmo inflacionario, así como la caída del empleo por la reducción del Estado, además de una política monetaria contractiva que ha provocado la caída del consumo y una agudización de la recesión económica.
Para el economista Martín Epstein, “la población está viéndose afectada por menores ingresos, con una mayor repercusión hacia los jubilados y los pensionados, entre los sectores más vulnerables, o los beneficiarios de alguna asignación universal o familiar, cuyos ingresos han quedado rezagados”.
El analista económico del Centro de Economía Política Argentina explicó que los primeros resultados fiscales anunciados por el Gobierno responden realmente al rezago intencional de ciertas partidas presupuestarias frente a la inflación, que generan de manera automática una caída del gasto público.
“En paralelo a este atraso, se han dado aumentos de tarifas, esencialmente por eliminación de subsidios, que afectan también a los sectores más vulnerables, con lo cual tanto por el lado del ingreso como por el lado de los gastos, la política fiscal del Gobierno está afectando de manera negativa a los sectores más vulnerables”, consideró.
“Es difícil imaginar un proceso de crecimiento, por lo menos para lo que quede de este año, más bien todo lo contrario”, sostuvo Epstein.
Dijo que en lo estadístico, “es posible que veamos un crecimiento, sobre todo entre los meses de abril-mayo y junio-julio”.
“Yo creo que más bien vamos a caminar a una recesión un poco más profunda y aguda, y la política económica del Gobierno no está haciendo nada para frenar esto”, agregó el economista.
En tanto, el especialista en mercados, el también economista Gustavo Neffa, contrastó que el costo social “es el único componente del gasto que subió” y “la pobreza aumentó al 57 por ciento”.
El director de la consultoría financiera “Research for Traders” afirmó, no obstante, que “son medidas necesarias para poder arrancar de nuevo sobre bases más firmes que permitan un crecimiento sostenido a largo plazo”.
En paralelo, la política contractiva sumada a la ya existente inflación, ha ocasionado una mayor demanda de pesos (moneda local) para hacer frente al alto costo de vida, lo cual ha impactado en la capacidad de la población económicamente activa para cubrir la canasta básica.
Esta situación ha provocado una merma en la capacidad de ahorro de la población en edad de trabajar, al ocasionar incluso que liquide sus ahorros en dólares, lo que contribuye en consecuencia a una mayor oferta de la divisa.
El alto costo de la vida y la contracción monetaria han generado también la caída del consumo con una profundización de la recesión.
Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, la industria manufacturera de la pequeña y mediana empresa lleva tres meses consecutivos en descenso, con un retroceso acumulado del 21,7 por ciento en lo que va de año.
La Unión Industrial Argentina, principal referente nacional industrial, ya advirtió a su vez sobre una caída del 4 por ciento en la actividad en 2024.
El economista Neffa consideró que “el crecimiento económico se basa en la confianza y la confianza de los inversores aumentó en Argentina después de cuatro años de franca caída, pandemia y mala praxis en la gestión previa”.
“Milei tiene una imagen que pocos políticos hoy en la región poseen. Argentina tiene un crecimiento proyectado del 3 por ciento para los próximos dos años, siendo el punto de inflexión a mediados de año”, remarcó.
Entre los logros apuntados por Neffa sobre la gestión de Milei en sus primeros 100 días se encuentra el “haber revertido la caída de las reservas del Banco Central”, al acumular en cambio unos 7.400 millones de dólares en nuevas reservas.
En contra parte, en término de desafíos, la inflación continúa como uno de los principales retos del Gobierno de Argentina.
Respecto al punto financiero, otro asunto de especial interés entre los economistas, tiene que ver con el tratamiento de la deuda que ha hecho el Gobierno, con una mayor adecuación a las sugerencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque las condiciones financieras del país aún generan preocupación.
“Milei posiblemente quiera renegociar la deuda con el FMI, porque sabe que en uno o dos años más va a pesar enormemente”, sostuvo Neffa, ya que “el peso de la deuda en dólares va en aumento”.
El avance del plan económico liberal de Milei que se proyecta más severo hacia el futuro, con propuestas como la dolarización o la reducción del gasto público al 25 por ciento del PIB, dependerá además del ancla política.
Dependerá del apoyo político que pueda obtener en el Congreso y del respaldo a su convocatoria a un “nuevo pacto fundacional” para aplicar reformas estructurales.
Todo ello se produce en un contexto en que ya sostiene diferencias importantes con gobernadores provinciales, así como el rechazo en el Senado al Decreto de Necesidad y Urgencia, considerado clave para avanzar en reformas políticas y económicas profundas.

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