La legislación tiene por objeto garantizar que los derechos fundamentales de los ciudadanos, la democracia y la sostenibilidad ambiental estén protegidos, entre otros.
Los miembros de la Unión Europea (UE) alcanzaron días atrás un acuerdo sobre una legislación inédita a nivel mundial para regular el uso de la inteligencia artificial (IA).
“El pasado viernes 8 de diciembre, el Parlamento Europeo y el Consejo aprobaron un acuerdo provisional sobre una ley para regular el uso de la inteligencia artificial en territorio europeo, esto es, la denominada Artificial Intelligent Act o AI Act. Si bien el texto acordado deberá ser aceptado formalmente por el Parlamento y el Consejo para convertirse en ley, se descuenta su aprobación definitiva en una próxima reunión, luego de los intensos debates que acompañaron la búsqueda de consenso y equilibrio para establecer reglas de juego a una actividad sin norma, sin marco y sin horizonte conocido”, analizó Fernando Tomeo, abogado y consultor en Derecho Digital, Privacidad y Datos Personales.
El también director del programa “Derecho al olvido y cleaning digital” de la Universidad Austral, adelantó que en caso de aprobación formal definitiva, la flamante ley comenzará a regir íntegramente, como Reglamento aplicable a los Estados miembros de la Unión Europea, a fines de 2026 aunque algunas normas se aplicarán en forma inmediata, como aquellas vinculadas a la Oficina de IA, o en algunos meses, como las que se relacionan a la prohibición de determinados sistemas de IA.
“La novedosa legislación -afirmó- tiene por objeto garantizar que los derechos fundamentales de los ciudadanos, la democracia, el Estado de Derecho y la sostenibilidad ambiental estén protegidos contra la inteligencia artificial de alto riesgo, estableciendo pautas claras y obligaciones concretas para los jugadores de un negocio que habitan un universo sin ley”.
Tomeo explicó cuáles son algunos de los sistemas de inteligencia artificial que se prohíben. Entre ellos: sistemas de categorización biométrica que utilizan características sensibles de las personas tales como sus creencias religiosas, políticas, de raza u orientación sexual. Eso implica, por ejemplo, que no se autoriza utilizar ningún mecanismo alimentado por IA que discrimine a una persona heterosexual de una homosexual, o a una persona blanca de una negra, para la obtención de un crédito bancario o para la ocupación de un cargo en una empresa.
También se prohíben sistemas de vigilancia biométrica que supongan la captación y manipulación no autorizada de imágenes faciales obtenidas en internet (o por cualquier medio) que tengan por objeto crear bases de datos de reconocimiento facial.
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