jueves 21, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Un año electoral atípico y la necesidad de no perder la esperanza

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Una vez más, quienes vivimos en Argentina tenemos un fin de año agitado. En esta ocasión, no son sólo las actividades relacionadas con el trabajo o la familia las que le dan esa característica. Como en oportunidades anteriores -que preferimos no recordar- la alegría propia de las fiestas -(re)encuentros con amigos y familiares, y la posibilidad de compartir regalos y comida (ambos, cada vez más escasos)- se mezcla con la incertidumbre y la angustia de la situación económica del país, a la que desde hace algún tiempo se suma una preocupante situación de inseguridad.

Termina un año en el que los ciudadanos fuimos llamados cinco (!) veces a votar. Fue notable la escasa participación del electorado, a pesar de la obligación que rige desde siempre; para muchos, una reacción que mezcla bronca e indiferencia, algo preocupante y que le da un sabor amargo a la conmemoración de los 40 años de la recuperación de la democracia.

El resultado de ese proceso electoral que signó el año que termina -y que tratamos de reflejar en las páginas siguientes- fue inédito: un outsider, quien hace dos años se elegía como legislador, fue el candidato más votado en las PASO de agosto. Un resultado impensado, incluso para analistas y encuestadores. Desde un tiempo antes de la contienda de agosto poco se oía de él; parecía que su fuego se estaba extinguiendo o que -como otros outsiders que lo antecedieron- se había aburrido de la política. Sin embargo, su sólido triunfo refutó esa impresión, más allá de que puede ser evaluado de distintas maneras.

Como cuatro años atrás, las PASO parecieron sellar el destino final del proceso electoral: ni siquiera la victoria del entonces ministro de Economía, Sergio Massa, daba una señal que hiciera dudar del triunfo final de Milei, que fue contundente en el balotaje.

El pasado día 10 comenzó un ciclo que, como todo inicio, llama a la esperanza. ¿Por qué no tendríamos que tener esperanza? Sin embargo, es inevitable sentir una sensación de déjà vu: como en anteriores discursos de asunción, el nuevo Presidente se quejó de la pesada herencia recibida -la peor de la historia, lo que es matemáticamente lógico en un proceso continuo de decadencia-, apeló a lo sobrenatural, habló de “reconstrucción” y pidió un sacrificio al pueblo.

Más allá de los abundantes detalles técnicos de ese discursos -algunos tenían que ser seguidos calculadora en mano- surgía otro déjà vu: el duro ajuste va a ser pagado por el llamado “ciudadano a pie” -cada vez más “a pie”, habida cuenta de la quita de los subsidios al transporte y a otros servicios- vía “sinceramiento de precios”.

Sin embargo, nada más lejos de la intención de estas líneas que infundir desánimo. Nuestra esperanza se renueva constantemente gracias al vínculo que nos une con ustedes, quienes están frente a nuestro diario en papel o visitan nuestra web. Nuestra cooperativa busca ir más allá de ese vínculo, con acciones que la unen con el entorno en que vivimos, algo que también tratamos de reflejar en estas páginas.

Con esa esperanza les deseamos que terminen bien 2023 y comiencen 2024 con el ingenio emprendedor que siempre nos caracterizó como sociedad.

¡Un brindis a mantener viva la llama de ese ingenio!

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