Los Self-Storage son unidades de almacenamiento que tienen una enorme demanda en Estados Unidos, con más de treinta millones de usuarios y una superficie de 200.000.000 m2 cubiertos, extensión ideal para la instalación de paneles solares destinados a la producción de energía renovable, lo cual los hace más ecológicos.
Estos espacios se han convertido en una necesidad irremplazable en la vida de 20 % de los estadounidenses, ya sea por vacaciones, mudanzas, ingreso a la universidad o falta de espacio en la vivienda, quienes eligen estos centros para resguardar sus pertenencias.
Actualmente, además de ser un negocio muy rentable, es considerada una de las industrias más limpias en cuanto a emisiones de CO2, debido al poco consumo energético que representan y las amplias posibilidades de adaptarse a estrategias de sustentabilidad.
La extensión de edificios de almacenamiento en el país alcanza más de 50.000 instalaciones, con una ocupación del 93 % promedio, lo que significa 200.000.000 m2 netos, solo en Estados Unidos, por sobre la superficie que ocupan todos los locales de Starbucks y McDonald’s juntos.
Considerando que su infraestructura es ideal para la instalación de paneles solares que aporten energía para autoabastecerse, se trata de millones de metros cuadrados que pueden destinarse a la producción de energías limpias.
“Creemos en un futuro verde para la industria del self-storage en todo el mundo. Somos un sector que brinda respuesta a una necesidad puntual de la población y, además, que tiene una capacidad extraordinaria para adaptarse a la demanda de conciencia ambiental, dado que el gasto de recursos en mantenimiento es mínimo, así como en iluminación, acondicionamiento y monitoreo”, expresó Marcos Victorica, CEO de BAS Storage y creador del concepto Condo Storage para la subdivisión de las unidades.
En un contexto de gran conciencia ambiental, usuarios y empresas comienzan a reconocer el enorme potencial que tiene esta industria para ser un agente de reducción de la huella de carbono.
“Para los inversores, saber que están apostando por una industria que tiene un riesgo mínimo y que contribuye a la reducción del impacto ambiental, es una doble ventaja. Por eso, es indispensable continuar desarrollando soluciones innovadoras hacia una industria con 0 % de emisiones”, agregó Marcos Victorica.
En varios países se están llevando a cabo iniciativas para fomentar la adaptación “verde” de estas instalaciones, con acciones que involucran a propietarios, gestores y usuarios. Además de los beneficios en la reducción del impacto ambiental, estas acciones contribuyen a perfeccionar y modernizar un negocio que está en constante adaptación al estilo de vida de las comunidades.
Entre las acciones que puede realizar un self-storage “verde” se destacan las siguientes:
-Los techos planos de estos espacios son ideales para instalar paneles solares que reduzcan o neutralicen el consumo energético.
-El consumo de agua es muy limitado, gracias a la poca demanda de mantenimiento.
-Son totalmente adaptables al uso de materiales reciclados para la infraestructura y para los contenedores interiores.
-La distribución estratégica en cercanía de los principales centros urbanos favorece el acceso y reduce el gasto en combustibles para transporte.
-Utilizan productos compatibles con el medio ambiente para el control de plagas.
-Colaboran con la optimización del espacio de almacenamiento en las grandes ciudades, no sólo urbano, sino también para los sectores productivos.