El fenómeno climático no vendrá con tormentas sino con lluvias, será moderado y durará más que lo previsto inicialmente, indicó un nuevo informe de la Bolsa de Comercio de Rosario
El último informe climático de la Bolsa de Comercio de Rosario, dado a conocer este martes, arrojó buenas nuevas para los productores y para el conjunto de los actores de los agronegocios: el fenómeno climático “El Niño” no será fuerte, no arruinará cultivos como lo hiciera años atrás, sino por el contrario sería “moderado”, manifestándose principalmente a través de las lluvias, e incluso durará más que lo previsto inicialmente, extendiéndose mucho más allá de las próximas dos cosechas principales argentinas.
La BCR indicó que las condiciones de “El Niño” en el Pacífico ecuatorial se han estabilizado al nivel de un evento moderado y no tendrá la intensidad fuerte proyectada hace un mes atrás. No obstante, aclaró la entidad, su acción ya empieza a sentirse en la región central de Argentina con eventos de lluvias recurrentes y con mayor volumen y cobertura a cada semana.
El consultor Alfredo Elorriaga explicó que “en septiembre, las anomalías positivas se debilitaron en el Pacífico oriental; y a mediados de octubre de 2023, las condiciones de El Niño en el Pacífico ecuatorial centro-oriental se han estabilizado al nivel de un evento moderado”.
“Esta disminución de la intensidad del evento probablemente se verá reflejada en anomalías pluviales menores a las estimadas con las proyecciones de agosto 2023 que consideraban un Niño fuerte”, completó.
Pero los nuevos pronósticos estiman una continuación del evento de El Niño durante el resto de la primavera, verano y principios del otoño de 2024, cuando se esperaba una rápida declinación del evento y que el Niño terminara en febrero/marzo.
En julio GEA / BCR estimaba un “Niño fuerte”, con lluvias superiores a la media en octubre en un rango de 30% a 40%.
Finalmente, en octubre se desarrolló un Niño Moderado, con circulaciones frías y secas que recién en la última semana del mes comenzaron a disminuir, permitiendo lluvias con mayores volúmenes y una distribución más homogénea.
De esta manera, la región núcleo, en promedio, termina el mes alcanzando la media de octubre y puntualmente con casos que la superan.
Para el trigo sembrado en la región núcleo, las lluvias llegan muy tarde y se estima que sólo 20% del millón de hectáreas sembradas obtendrá rendimientos que generen un beneficio económico.
Por último, la BCR pronosticó para el inicio de noviembre un evento de similar importancia en volumen respecto a las últimas lluvias del fin de semana, que darían el puntapié inicial a la siembra de soja 2023/24.