A través de las Cámaras CEPREB, CASFER y CAPBA, las PyMes del biodiésel le cursaron enviaron un pedido al Gobierno Nacional por una situación que calificaron como “insostenible”.
Advirtieron que la industria viene soportando el aumento de costos (como el del aceite de soja), sumando a la falta de precio oficial para poder operar, y afirman que ello es responsabilidad de la Secretaría de Energía de la Nación.
Concretamente, reclaman por: el atraso del precio de biodiésel, establecido en pesos; los extensos plazos de cancelación por parte de las petroleras; la implementación de un nuevo tramo de dólar soja y el abrupto salto en el costo de las coberturas de tipo de cambio necesarias .
Además, las cámaras, en representación de la totalidad de las empresas elaboradoras de biodiésel, le pidieron al Ministro de Economía medidas urgentes para que la industria siga produciendo y “entregando el biodiésel destinado al corte obligatorio consignado en la ley” porque, de lo contrario, “10.000 familias se quedarían sin empleo a partir de noviembre”.
También señalaron que empresas PyMe se paralizaron durante septiembre y que “en los próximos días estaría ocurriendo lo mismo con las pocas compañías que aún están operando”.
“Sin medidas urgentes no resulta económicamente factible la operación, toda vez que los dólares resultantes de convertir el cobro del precio de venta en pesos no alcanzarán siquiera para cubrir los costos variables de producción. Como consecuencia se pone en riesgo la continuidad de nuestras empresas y de los más de 10.000 empleos directos e indirectos relacionados con la actividad, la salud pública por el empeoramiento de la calidad del aire y el alejamiento del país de sus metas de ahorro de gases de efecto invernadero comprometidas bajo el Acuerdo de París -que tiene un rango superior al de las leyes al ser un acuerdo internacional suscripto por el Congreso-; resultando oportuno también incluir que sin previsibilidad se torna imposible invertir en desarrollo de mejores y más eficientes tecnologías de producción de biodiésel. Se dejan así de observar aspectos socioeconómicos, generando consecuentemente un impacto negativo para las economías regionales donde se encuentran insertas nuestras plantas”, expusieron.