Según un sondeo de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo la inflación que sufren los trabajadores marcó 9,1% para el mes de mayo. La Universidad Católica Argentina, por su parte, reveló que el 51,7% de los argentinos recibía asistencia social del Estado al cierre de 2022. Proyecciones negativas según el Relevamiento de Expectativas del Mercado del Banco Central.
Distintos informes dados a conocer en los últimos días marcan el nivel de deterioro general de la situación socioeconómica. A la espera del dato de inflación que se conocerá el próximo miércoles, el Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) midió que la inflación de mayo fue de 9,1% y que, de esa manera, la suba de precios alcanzó el 42% en los primeros cinco meses del año, superando el 115% interanual.
Dicha institución registró además un crecimiento del cuentapropismo y una caída del empleo asalariado formal, que repercute en la calidad de la cobertura social y legal sobre los trabajadores.
Por su parte, el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina estimó que el 51,7% de los argentinos recibía ayuda estatal al cierre de 2022, 8% más que la cantidad que lo hacía al momento del inicio del mandato de Alberto Fernández, en diciembre de 2019.
Finalmente, el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) establece que los consultados proyectan una inflación de 148,9% para fin de año, que llegaría a 171,1% para mayo del año próximo.
Inflación de los trabajadores
De acuerdo con el último informe de IET, “la inflación se aceleró en 1,1 puntos porcentuales respecto a los registros de abril”. El documento además advierte que “este valor es el más alto desde abril de 2002, cuando superó el 10% tras el salto inflacionario derivado de la salida de la Convertibilidad”.
“El aumento de este mes se debe a una suba importante en los precios regulados por el Gobierno, particularmente en algunas tarifas de los servicios públicos como electricidad y gas, que fue lo que provocó el aumento en el índice promedio a pesar de la desaceleración en la inflación que registraron nuestros especialistas en el sector de alimentos. Eso nos lleva a pensar que se pueden tomar medidas para compensar estas alzas de cara a los próximos meses”, explicó el ex ministro de educación, Nicolás Trotta.
Según describen los analistas del IET “la inflación alcanzó el 42% en los primeros cinco meses del año, cifra que si se anualiza para el resto del año se transforma en un 132%. En tanto, la inflación interanual alcanzó al 115,7% y mostró la decimosexta aceleración consecutiva”. “La inflación de mayo estuvo motorizada nuevamente por Vivienda (+23%), impulsada por subas del 54% en electricidad y del 27% en gas producto de la baja de subsidios implementada por el gobierno nacional. A ello se suman los alquileres, que subieron 8,4%”, detalla el informe.
Asimismo, los especialistas destacan que “el resto de los capítulos subió por debajo del nivel general, aunque todos subieron por encima del 6%, algo que no se evidenciaba desde febrero de 1991, previo al Plan de Convertibilidad. Los alimentos y bebidas se desaceleraron y anotaron un 6,8%”.
Empleo
En otro aspecto, el informe de la UMET también analiza la composición del empleo en los últimos 20 años. “Tras haber pasado del 37,6% al 51,8% entre 2003 y 2015, el empleo asalariado registrado viene perdiendo peso dentro del total de la población ocupada. En 2022 dio cuenta del 46,4% del total, cifra similar a la de 2007-8. En contraste, vienen ganando peso el cuentapropismo (particularmente el femenino) y el empleo asalariado no registrado”, indicaron
El informe presta particular atención a un segmento del empleo asalariado no registrado poco analizado, que es el de los empleados en relación de dependencia que no tienen acceso a vacaciones pagas o aguinaldo y que aportan de manera voluntaria al sistema jubilatorio, por ejemplo, a través del monotributo.
“Este segmento viene ganando participación en el total de los asalariados no registrados: pasaron del 8% al 14% del total de este universo entre 2016 y 2022. El dato llamativo es que se trata mayormente de asalariados altamente calificados, con niveles de ingresos y pobreza mucho más parecidos a los asalariados registrados que al resto de los informales. Aquí se inscriben, por ejemplo, médicos que facturan a un empleador o mismo una parte de los trabajadores de plataformas como las de transporte y mensajería”, concluyó la UMET.
Asistencia social
De acuerdo al último relevamiento del Observatorio Social de la UCA, el 51,7% de los argentinos recibía asistencia social del Estado al cierre del 2022. La estadística, que representa una variación al alza en relación al 44,7% del 2021, se conoce en un contexto en el que la pobreza superó el 43% a fines de 2022, según la misma casa de estudios.
En 2019, al inicio del mandato del presidente Alberto Fernández, las personas receptoras de programas sociales de transferencia de ingresos y asistencia alimentaria directa eran el 43,8% de la población y el 33,4% de los hogares. En el escenario de emergencia que provocó la pandemia del coronavirus, ambos porcentajes subieron en 2020 a 55,5% y 47,4%, respectivamente.
“Bajo un contexto en donde el conjunto de los trabajadores pierde ingresos laborales reales desde 2017 –si bien de manera más moderada entre 2019-2022-, y al mismo tiempo, se reduce la brecha de las remuneraciones, siguen siendo los trabajadores de la economía social el segmento estructuralmente más pobre del mundo del trabajo”, concluye el informe.
La menor cantidad de planes sociales, en cambio, se distribuyó en el 2018 (39,8%), durante el tercer año de mandato del expresidente Mauricio Macri. La baja en relación al 2017 se produjo en un año que estuvo marcado en lo económico por una fuerte corrida cambiaria que redundó en un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional.
Por otro lado, para el Indec la pobreza se ubicó en 39,2% (11,5 millones de individuos) al cierre del año pasado, con una indigencia que afectó a 8,1% de los argentinos (2,4 millones de personas), añadiendo el informe oficial que el 54,2% de los niños y niñas entre 0 y 14 años están en condiciones de pobreza.
REM del BCRA
Salió un nuevo REM del BCRA (que fue realizado entre los días 29 y 31 de mayo) y la conclusión central es que se vienen meses muy complicados para la economía argentina, marcando que en el corto plazo la “guerra contra la inflación” está perdida.
Como se observa, la inflación consolida su piso mensual bien arriba de 7%, y aunque si bien se espera cierto descenso desde el pico de mayo, será leve y todos los IPC arrancarán con el 7 adelante hasta noviembre, como mínimo.
De este modo 2023 cerraría con una inflación de 148,9%, un incremento de 22,5 puntos respecto a lo relevado en el REM previo. Además, en los próximos 12 meses (es decir, junio de 2023 y mayo 2024) se calcula que será de 171,1%. Dentro de dichos datos, los mejores pronosticadores son aún más pesimistas: creen que la inflación de los próximos 12 meses será de 185%.
El dólar oficial
En parte por la mayor inflación (que induce una mayor devaluación) y quizás por la perspectiva de una unifación cambiaria poselectoral, el REM espera un dólar oficial, para los próximos 12 meses, de $659,50 tomando la mediana (es decir el valor que deja el 50% de las respuestas por arriba y por abajo del mismo). En el cálculo promedio el número es aún mayor: se espera que el dólar oficial cueste $701,31 en mayo de 2024.