Los pagos, en su mayoría, ya son electrónicos y por celular, y las wallets ya suman cerca de 30 millones en el país, prácticamente la totalidad de las personas activas de entre 18 y 65 años. La tendencia avanza hacia pagos entre máquinas y dentro del metaverso. El desafío es grande para los bancos: los que no inviertan en nuevas plataformas de pago dejarían de facturar 2.600 millones de dólares sólo en el país (US$25 mil millones en toda Latinoamérica)
En el mundo, los métodos de pago tradicionales continúan dominando el sistema de pagos y la mayoría de las personas sigue usando las tarjetas de débito y de crédito. Sin embargo, una vez más Argentina aparece como la excepción a la regla: la absoluta mayoría de la gente sigue utilizando el efectivo y, ante la ausencia de billetes de mayor denominación, la inseguridad de andar en las calles con muchos billetes y también por las dificultades varias que tiene el acceso a cajeros automáticos, hoy más de 65 por ciento de la población ha incorporado algún tipo de billetera virtual.
Mercado Pago quizás sea la más difundida pero hay muchas. Cada banco tiene la suya y una amplísima variedad de empresas, tanto locales como extranjeras, ofrecen sistemas de pago muy simples, intuitivos, seguros, rápidos y eficaces; y hasta las petroleras las ofrecen para cargar combustible, consumir en los shops de las estaciones o pagar revisiones técnicas de los vehículos. La competencia es tan grande que existe un universo entero de descuentos, promociones, sistemas de puntos y otros beneficios para promover el uso preferencial de una billetera virtual sobre otra porque muchos argentinos de hecho tienen en sus celulares aplicaciones móviles que incluyen dos o más billeteras virtuales.
Al día de hoy, ¿cuántas wallets hay en Argentina? De acuerdo con un registro público del Banco Central, circulan 134 billeteras virtuales registradas por éste como proveedores de servicios de pago que ofrecen cuentas de pago (PSPCP).
Otro registro específico del Central precisa cuáles de esas billeteras virtuales permiten transferencias de dinero. Son las digitales interoperables, aquellas que, a través de una aplicación en un dispositivo móvil o de un sitio web, permiten efectuar pagos con transferencia (PCT) tomando fondos desde una cuenta (bancaria o de un proveedor no bancario) mediante la lectura de un código QR disponible en el mostrador del comercio, en una terminal, un ticket, entre otras alternativas. Éstas son las preferidas por el público para realizar compras varias y especialmente por los comerciantes para asegurar ventas cuando escasea el efectivo, ya que, sin importar la marca del código QR, se puede utilizar cualquier billetera digital interoperable -de las cuales hay 46 en el país- para realizar PCT.
Ambas categorías crecen como la hierba en el verano porque son parte de una tendencia global que adquirió nueva fuerza después de la pandemia del coronavirus.
En nuestro país, la crisis provocada por la llegada del covid y la subsiguiente cuarentena general obligatoria apuraron la llegada de nuevas billeteras digitales y consolidaron las nuevas tendencias que se vienen registrando en los bancos y en la actividad financiera en general, hacia el uso de herramientas tecnológicas.
Operadores de los sectores fintech y financiero vislumbraron entonces que en el país se estaba dando un nuevo paso hacia una economía sin dinero físico para las transacciones, gracias a la consolidación de alternativas que ya están a mano de los usuarios, así como de nuevas herramientas que están a punto de presentar diversas entidades bancarias del país.
Ya antes del covid-19, en plena crisis recesiva las fintech no sólo mostraban una sorprendente buena salud sino que consolidan lo que ya podía caracterizarse como una tendencia: el sistema financiero nacional se estaba adaptando a los nuevos tiempos en que la gente ya no quiere sucursales bancarias sino resolver sus necesidades desde el celular.
Incluso aquel contexto dejó nuevas oportunidades de negocio a partir de las medidas implementadas por el Gobierno nacional en su interés de llegar con subsidios a quienes no tenían cuentas bancarias, como sucedió con un importante número de beneficiarios del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). Fue cuando apareció Cuenta DNI, una herramienta inaugurada por el Banco Provincia (de Buenos Aires) que funciona como una tarjeta de débito virtual que permite sacar dinero de los cajeros sin el plástico y hasta hacer pagos. Hoy, muchas entidades bancarias cuentan con tarjetas de débito virtuales, sin existencia física, que permiten a sus titulares todo tipo de operaciones, incluyendo -por supuesto- sacar dinero en efectivo.
La Red Link, que trabaja junto a 30 bancos en el país, elaboró hasta mediados del año pasado el índice de uso del dinero electrónico, que mes a mes reflejaba el crecimiento de la utilización de billeteras virtuales y los pagos y transacciones varias que se realizaban por vía electrónica. Dejó de hacerlo posiblemente porque al día de hoy, de hecho la mayoría de las transacciones es electrónica y sólo dos billeteras virtuales de dos bancos estatales, BNA+ (de Banco Nación) y Cuenta DNI (de Banco Provincia), ya tienen 15 millones de usuarios titulares. Si a esto le sumamos los 7 millones de usuarios de Mercado Pago (45 millones en todo el continente, sólo en esta billetera virtual) más otras muy difundidas, como Naranja X (2 millones), se observa que el número se acerca a 30 millones de personas que en el país están hoy utilizando estas plataformas; prácticamente la totalidad de las personas activas de entre 18 y 65 años.
La escalada inflacionaria del último año profundizó este fenómeno, por la necesidad de la gente de resguardar al menos parte del valor de su dinero, ya que en muchas billeteras virtuales el dinero rinde y los intereses se reflejan diariamente en las cuentas de los usuarios. El mecanismo de funcionamiento suele ser el uso de fondos comunes de inversión (FCI) por parte de las aplicaciones. Es el caso, por ejemplo, de Mercado Pago, cuyo FCI rinde hoy cerca de 73% anual, tasa similar a la de los FCI tradicionales de los bancos, como el fondo 1810 Ahorro del Banco Credicoop, que rinde exactamente lo mismo que el fondo de Mercado Pago.
Este fenómeno de hecho está vaciando las cajas de ahorro bancarias, ya que muchas personas transfieren la totalidad de su sueldo, apenas lo cobran, a la billetera virtual de modo que el dinero les rinda y a partir de ese momento, se manejan con la aplicación, transfiriendo excepcionalmente al banco cuando tienen necesidad de efectivo o de realizar pagos bancarios. Es la razón por la cual la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) actualizó hace dos semanas el monto de las transacciones bancarias que le deben ser informadas por las entidades, que estaba en 90 mil pesos y trepó ahora a 200 mil pesos. La escalada inflacionaria, las actualizaciones salariales por las paritarias y la nueva costumbre de sacar todo el dinero de las cuentas para enviarlo a aplicaciones habían masivizado las informaciones bancarias a la AFIP.
Tendencia general
Un estudio que acaba de ser difundido por la multinacional tecnológica irlandesa Accenture, realizado a 16.000 clientes bancarios en 13 países de Asia, Europa, Latinoamérica y Norteamérica, reveló la magnitud global de esta tendencia: más de la mitad de los consumidores ha adoptado métodos de pago digitales.
Por supuesto, las condiciones macroeconómicas desempeñan un papel importante en las preferencias de pago de los consumidores. Los hábitos de pago no son iguales en Irlanda que en Argentina, pero sí es claro como tendencia global que los nuevos sistemas de pago digitales, como las billeteras digitales, transacciones cuenta a cuenta (A2A), Buy now, pay later (BNPL) y los pagos en el metaverso, están ganando terreno.
América Latina es aún la región donde más se sigue usando el efectivo, pero también lidera en el uso de A2A apps, dice el estudio. Los pagos son cada vez más digitales, con nuevas tecnologías como la biometría “y los pagos entre máquinas, que eliminan las fricciones”. El metaverso también podría crear nuevas oportunidades y generar disrupción en el ecosistema de pagos, advierte la tecnológica, que finalmente le pone números a lo que no sólo es una tendencia, o una costumbre o una moda, sino también un negocio: los nuevos sistemas de pago digitales representan una oportunidad de negocios de US$25 mil millones para la banca de América Latina, tanto la tradicional como la tecnológica o fintech.
Latinoamérica es también la región donde más se usa la tarjeta de débito. El dato coincide con los informes Global Fintech de la consultora CB Insights, que vienen señalando a esta región latinoamericana como “un mercado de crecimiento superior para las fintech”.
El futuro de los pagos
Entre las personas consultadas por Accenture, 42% dijo estar de acuerdo con que la biometría se utilizará ampliamente en 2025, y 9% afirmó que estaría dispuesto a utilizarla como principal sistema de pago en persona si estuviera disponible. Accenture estima que esto podría representar 5,2 billones de dólares en valor de transacción. Pioneros como Amazon, con su solución de pago por reconocimiento de la palma de la mano, ya se están preparando para este futuro. Por supuesto, el inicio de este camino es el uso de la huella digital, como de hecho ya lo tiene incorporado en el país una gran cantidad de billeteras virtuales, como Mercado Pago o BNA+.
En el futuro próximo (casi diríamos inmediato, ya que está presente en algunos lugares) son los pagos de máquina a máquina (M2M), automatizados y en tiempo real, entre dispositivos conectados como carteras digitales o vehículos autónomos que requieren una intervención humana mínima o nula. Un ejemplo es un auto conectado que paga la nafta, la carga de la batería o el estacionamiento desde una billetera digital, sin que el conductor tenga que bajarse a presentar una tarjeta. China ha iniciado este camino y hay compañías europeas que lo están experimentando.
La consultora internacional precisa que 42% de las personas utilizará este tipo de pago -M2M- cuando lo tenga disponible pero para transacciones de poco valor, ya que prefiere tener mayor control de sus transacciones. De hecho, 58% teme perder el control de sus pagos si las máquinas automatizadas pagan en su nombre.
El metaverso es parte del futuro de los pagos. Meta -propietario de WhatsApp, Instagram y Facebook- ha liderado la inversión allí y renovado y rebautizado recientemente Meta Pay, un posible primer paso hacia la creación de una billetera digital para el mundo virtual. Esta es una gran oportunidad para los bancos, si se considera que 50% de las personas encuestadas dijo a Accenture que se sentiría más cómoda realizando transacciones en el metaverso si su banco principal les facilitará el acceso.
En conclusión, los consumidores están reevaluando constantemente cómo realizar sus transacciones, al mismo tiempo que buscan experiencias seguras. En esta línea, los bancos pueden aumentar su relevancia ante sus clientes impulsando sistemas de pagos de nueva generación, que hacen que sea más seguro y fácil pagar en cualquier lugar, momento y de cualquier manera.
El negocio
Teniendo en cuenta “las tendencias que descubrimos en la encuesta y un análisis de los ingresos por pagos, Accenture cree que hay ingresos significativos en riesgo para los bancos que son lentos en avanzar cuando se trata de invertir en opciones de pago de última generación. Nuestro análisis sugiere que 4,6% de los ingresos por pagos de los bancos entre 2022 y 2025 está en riesgo”, afirmó Accenture. La cifra, en dólares, ronda 90 mil millones. Para las entidades del sistema financiero argentino, aquélla podría estimarse en más de 2.590 millones de dólares, sólo en las pérdidas que pueden sumar las entidades que se atrasen en incorporar nuevos servicios de pago bajo las tendencias actuales. Para toda Latinoamérica las pérdidas pueden sumar 25 mil millones de dólares, asegura el informe. Por supuesto, otra forma de verlo es que el negocio por avanzar en ese sentido alcanza precisamente esa cifra.