viernes 22, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Fuerte impacto de la sequía en rubros relacionados con el agro

SEQUÍA. Sus efectos ya se sienten en todos los rubros.
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La falta de agua y las olas de calor hicieron caer la producción agropecuaria, lo que afecta a distintas actividades. Semillas, fertilizantes, fletes, aviones y silobolsas son algunos de los rubros perjudicados

El actual escenario de sequía que mantiene a buena parte del país bajo condiciones severas se traduce en una brutal caída en la producción agrícola. Los primeros resultados de esta situación se ven en el campo, y son los productores los más afectados. Sin embargo, no son los únicos, ya que se les suman diversos actores ligados de forma directa o indirecta a la producción agropecuaria.

El agropecuario es el sector más importante de la economía argentina, no solo porque es un generador neto de divisas sino por el dinero que fluye hacia otros sectores que proveen insumos y/o servicios. La economía del interior del país está fuertemente entrelazada con el campo.

Maquinaria agrícola

En primer lugar, se puede nombrar la industria de maquinaria agrícola, que vio desplomarse entre diciembre y marzo los números de ventas. En el último trimestre del año hubo una fuerte disminución de la venta de sembradoras respecto a igual trimestre del año anterior: 35%. En segundo lugar estuvo la venta de implementos, con una caída de 33,3%; la de cosechadoras cayó 14,6% respecto del mismo trimestre de 2022, aunque la de tractores bajó sólo 2,6%.

Los patentamientos de cosechadoras, tractores y pulverizadoras de febrero de 2023 alcanzaron 352, cifra que significa una baja de 21,4% interanual, ya que en febrero de 2022 se habían registrado 448. Si la comparación es con enero, se observa que la baja fue de 37% porque en dicho mes se habían patentado 560 unidades. El acumulado de los dos meses del año alcanzó 912 unidades, esto es, 1,7% menos que las 928 del mismo período de 2022.

Silobolsas

Otro de los sectores perjudicados ha sido la industria plástica, especialmente el segmento que produce y comercializa silobolsas, esa adaptación criolla de un invento estadounidense que permite almacenar granos para darle independencia económica al productor.

Aunque todavía los resultados de la caída de la producción de la campaña gruesa son estimados, se puede analizar el arrastre de la fuerte baja de producción de la campaña de invierno.

Pablo Seniow, director Comercial de Ipesa Silo, explicó al sitio Bichos de Campo: “Ya se viene notando la caída, obviamente, porque el impacto ya viene sobre la cosecha fina, y los volúmenes se vieron disminuidos en forma considerable. Cada día que pasa el volumen de la gruesa se viene achicando y por supuesto que eso impacta en el volumen de comercialización”.

Respecto a cómo se traduce esto en caída de las ventas de su producto, Seniow respondió: “Nosotros estamos estimando entre 20% y 30%, siempre y cuando se produzcan las lluvias y finalmente los volúmenes de cosecha se mantengan estables. Día a día el volumen de cosecha se estima en disminución”.

Pese a esos números, el directivo da un dato alentador: “Entre 30% y probablemente hasta 40% de la comercialización de esta última campaña representa la exportación, que, por otro lado, es un mercado que está creciendo. Hay muchos países que están sólo ahora incorporando la tecnología”.

Transporte

Otra de las consecuencias que ya se hace patente es la caída de los viajes de camiones hasta los puertos. En el sector transportista estiman que la merma va a llegar a 50%, a la que, si se suma el efecto de la inflación, implica un grave problema para el sector.

Guillermo Abertondo es gerente de una empresa de acopio y transporte del sur de Santa Fe. En diálogo con el diario La Nación, dijo: “Creemos que va a haber un promedio de 50% menos de producción en la zona. Eso impacta directamente en la cantidad de viajes que va a tener el transporte. Es decir, vamos a tener 50% meno viajes de lo que hemos tenido en promedio habitualmente en los últimos cinco años”.

Esa disminución de rendimiento, recordó, va a incidir primero en el productor y se va a trasladar al transporte y los acopios. “La mayoría de los viajes de esta zona es a Puerto Rosario: estamos a 250 km aproximadamente del puerto y lo que estamos tratando de ver y analizar es cómo podemos ayudar a los conductores de camiones, porque va a ser casi directamente proporcional al ingreso que tengan ellos. Hoy un conductor de la empresa nuestra trabaja por convenio colectivo, una parte del sueldo va ligada a los kilómetros que recorre y si va a recorrer 50% comparado con una campaña normal, probablemente tenga un impacto bastante grande en el salario”, mencionó.

Al complejo panorama se suma el precio de las cubiertas, que sube al ritmo de la inflación. “Con esta situación se hace inviable. Estamos tratando de ver cómo nos reinventamos para poder afrontar lo que se viene para el transporte; recién arranca”, aclaró.

En la última cosecha de trigo, los transportistas tuvieron una disminución de 40% en su trabajo. Ahora esto se va a replicar con la recolección de soja y de maíz, que viene con fuertes pérdidas. También hay dudas sobre qué ocurrirá en la nueva campaña de trigo.

En la localidad de Amenábar, Santa Fe, está Guillermo Arroyabe, quien explicó que a raíz de los bajos rindes y el efecto de la inflación interanual del 102,5%, se avizora un panorama catastrófico. La merma de los viajes, explicó, va a tener efectos en los gastos fijos que tienen los transportistas. “Esto va a hacer que 30% de empleados le plantee a los dueños de los camiones que van a dejar la actividad. Un dueño de un camión no tiene manera de sostener los gastos fijos. Pasado estos tres meses de cosecha, para llegar a la cosecha que viene un propietario que tenga tres o cuatro camiones no tendrá manera de pagar el sueldo al chofer o el seguro, porque no van a estar en condiciones de afrontar esta situación”, auguró.

Fertilizantes

Otro sector que acusa recibo de la caída de la actividad es el de los fertilizantes. Las importaciones de urea durante 2022 cerraron con un volumen de 892.000 toneladas (según el Indec), cantidad que significa una retracción de 42% respecto de 2021. El principal factor que provocó el derrumbe de las compras fue la sequía, que redujo la demanda para cultivos de invierno y de verano. También influyeron las restricciones gubernamentales para importar y la tendencia bajista del mercado internacional.

A su vez, las importaciones anuales de fosfatos sumaron 793.000 toneladas, 16% menos que en 2021, “lo que representa el volumen más bajo de los últimos cuatro años”, según destaca Jeremías Battistoni, analista de AZ-Group.

Aviación agrícola

El vicepresidente de la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (FeArCa) y aeroaplicador de la zona de La Carlota, Córdoba, Francisco Casajús, contó que el efecto “de la sequía se puede considerar grave, nunca vimos una situación similar en los años que llevamos trabajando. Además del bajo nivel de precipitaciones, lo que más daño produjo a los cultivos fueron las altas temperaturas, sumado a una helada entre medio”.

Sobre la campaña, Casajús sostuvo que “aunque aún no terminó estimamos 50% menos de trabajo”. De esta manera, el aeroaplicador de La Carlota opinó: “No tengo dudas de que habrá un retraso en la cadena de pagos, refinanciación en muchos casos y esto se va a reflejar a nivel nacional”.

Por su parte, el aeroaplicador de la Cámara de Aeroaplicadores de la provincia de Buenos Aires (Capba), Alcides di Piero, contó que “en Chacabuco la sequía afectó 100% el cultivo de trigo, 70% el de maíz, 50% el de soja de primera y 95% el de soja de segunda, aproximadamente”, y agregó que “mi empresa trabajó sólo 20% con respecto a un año normal”. Respecto a las consecuencias que acarreará esta crisis, Di Piero sostuvo que “nos va a afectar muchísimo por la falta de ingresos y por la brecha cambiaria”.

Por su parte, Mauricio Fargioni, aeroaplicador de la Cámara de Empresas Agroéreas de Santa Fe (Ceasfe), contó: “En mi zona de trabajo, que está repartida en Santa Fe y Entre Ríos, fue verdaderamente catastrófico, la cosecha de trigo se perdió casi en su totalidad, y el maíz y soja vienen muy mal”, y agregó que “impactó directamente en las aplicaciones aéreas porque desalienta a los productores a gastar en un cultivo perdido. Nuestro trabajo mermó más de 70%, verdaderamente creo que esto va a traer consecuencias irreparables en la economía regional y nacional”.

Semillas

“Será un año muy difícil para la producción de semillas, sobre todo de maíz; el año pasado ya fue bastante complejo, como en la mayoría de los cultivos extensivos, por lo que seguramente en la próxima campaña habrá restricción de productos”, lamentó Juan Farinati, presidente de Bayer Cono Sur, en diálogo con El ABC Rural.

“Hay zonas más complicadas que otras, pero habrá un impacto en general en todas las semillas de los cultivos de trigo, girasol, soja y maíz”, apuntó, a la vez que agregó que “para la campaña 2023-24 habrá que anticiparse en la compra”.

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