Mucho se habla del manejo de los factores de riesgo cardiovascular y de la necesidad de modificar conductas. Los especialistas destacan, entre otros, la importancia de controlar la hipertensión arterial, el nivel del colesterol, el azúcar en sangre (diabetes), el sedentarismo, la mala alimentación, el tabaquismo, la ingestión de alcohol en exceso, el sobrepeso, la obesidad y el estrés.
Sin embargo, un relevamiento entre sus propios pacientes y allegados llevado a cabo por los especialistas del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI), con motivo del Día Mundial del Corazón, que se conmemoró este 29 de septiembre, evidenció una gran falta de conciencia previa a la aparición de un episodio.
A partir de esa situación límite, que en muchos casos implica el paso por un quirófano o una sala de hemodinamia, la gente mejora sensiblemente sus conductas pero, con el tiempo, ese control disminuye y se corre riesgo de volver a tener un evento cardiovascular.
En efecto, sobre 120 participantes con una edad promedio de 68,5 años (74,2% hombres y 25,4% mujeres), el trabajo denominado Encuesta sobre Conciencia de Prevención Cardiovascular, ejecutado durante el mes en curso mediante un sondeo online, mostró que, antes de sufrir un episodio cardiovascular, más de 2 de cada 3 individuos (70,8%) no se ocupaba de mantener conductas saludables y de controlar sus factores de riesgo (o lo hacía parcialmente).
Luego del evento, la toma de conciencia fue contundente: 93,3% se encargó satisfactoriamente del control de sus factores de riesgo. Sin embargo, luego de varios años, uno de cada dos reconoció que no tenía un buen control de sus parámetros. Los motivos esgrimidos fueron variados: porque “se sentían bien” (34,7%); “falta de regularidad” (16,3%) o simplemente porque “las tareas habituales se lo impedían” (6,1%). Pese a manifestar que siguió haciéndose los controles, 26,5% no dejó de fumar.
Por eso, no extrañó que casi uno de cada tres de los encuestados (29,2%) experimentara años después un segundo episodio cardiovascular; del total de los pacientes, dos de cada tres (66,7%) debieron ser sometidos a una angioplastia coronaria, el procedimiento por cateterismo para desobstruir la arteria y restituir el flujo sanguíneo.