El Directorio del Banco Central (BCRA) dio a conocer modificaciones sobre las normas que rigen en el mercado de cambios que tienen por objetivo poner coto al “festival de importaciones” que impide a la entidad sumar reservas. La medida endurece las condiciones necesarias para acceder al mercado de cambios con el fin de pagar importaciones, achicando cupos mensuales y poniendo el foco sobre las compras de empresas.
Esta mañana, se publicó la Comunicación A 7532 del BCRA que vuelve más estrictos los cupos anuales y mensuales que aplica a las empresas que solicitan el acceso al mercado cambiario para el pago de importaciones.
Las medidas, explicó la entidad conducida por Miguel Pesce en un comunicado, se tomaron “para responder a las necesidades extraordinarias de divisas para atender la importación de energía, con el objeto de sostener el crecimiento económico y el desarrollo de las pymes evitando maniobras especulativas sobre las importaciones”.
Las medidas, explicaron fuentes oficiales, extienden el sistema de financiación de importaciones a las realizadas bajo “Licencia No Automática” y a la importación de servicios y tendrán vigencia por un trimestre, para dar tiempo a la normalización del comercio exterior. El trimestre en cuestión rige hasta el 30 de septiembre próximo.
Por “sistema de financiación” se entiende que las empresas tendrán que buscar financiamiento en dólares para concretar esos pagos. A través de créditos comerciales en el exterior o sus propias casas matrices.
El Gobierno también dispuso, desde el Ministerio de Desarrollo Productivo que conduce Daniel Scioli, ampliar las posiciones arancelarias de bienes equivalentes a los producidos en el país que tendrán acceso al mercado a partir de 180 días y la de bienes suntuarios que podrán acceder a partir de los 360 días.
El BCRA tuvo que vender US$95 millones el viernes; en la semana perdió US$250 millones y en el mes acumula pérdidas por US$600 millones. Todo en tiempo de liquidación de la cosecha gruesa.
La semana pasada, la vicepresidenta Cristina Kirchner había denunciado un “festival de importaciones” y había instado al presidente Alberto Fernández a “usar la lapicera” para frenarlo.