Según estudios, es muy bajo el consumo de frutas y verduras de los infantes de hogares con menores ingresos. Proponen iniciativas innovadoras para brindar soluciones a este problema social
La malnutrición e inseguridad alimentaria constituyen una problemática tanto mundial como local que afecta a un gran porcentaje de niños de sectores vulnerables de la ciudad de Córdoba, genera problemas nutricionales y pone en riesgo la salud y calidad de vida de las futuras generaciones.
El Centro de Estudios en Desnutrición Infantil (Cesni) en Argentina observó que el consumo de frutas y verduras viene disminuyendo año tras año, sobre todo en sectores vulnerables y de bajos recursos.
Según datos relevados en comedores barriales de la ciudad de Córdoba, en conjunto con la Red Con-Tenedor, el consumo de frutas y verduras de los niños es tan sólo 10 por ciento de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
“Una persona padece inseguridad alimentaria cuando carece del acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales y para llevar una vida activa y saludable”, considera el organismo internacional.
Cabe señalar que los resultados del último informe de pobreza publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censo de Argentina (Indec), en el primer semestre de 2021 en el Gran Córdoba la tasa de pobreza fue de 46,6% y -para los chicos menores de 15 años- de 54,3%. A su vez, la tasa de indigencia fue de 10,7% y para niños indigentes de 16,6%.
Asimismo, un estudio actualizado de geolocalización de comedores y merenderos realizado por la Municipalidad de Córdoba reveló que en la ciudad hay 982 de puntos identificados a los que asisten, una o más veces por semana, niños y adolescentes para retirar sus viandas. Aunque se estimó que la aparición de las ollas populares, organizadas por los mismos vecinos, podría elevar este número a 1.500.
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