La fiscal Juliana Companys se prepara para tomar indagatoria a Leonardo Cositorto, CEO de Generación Zoe, quien fue detenido ayer en República Dominicana por Interpol, luego de varias semanas de eludir a la Justicia.
Cositorto está acusado de una megaestafa piramidal y deberá enfrentar casos por asociación ilícita y lavado de dinero. Se lo sindica como el responsable de dirigir y promover, junto con otras personas, el “haber acordado asociarse para cometer ilícitos indeterminados, simulando ser una empresa de la fachada ‘Zoe’ y ‘Al Coaches SAS’, dedicada al dictado de cursos de coaching, mentoring, trading, entre otros, con una solvencia extraordinaria a sabiendas que no contaban con los fondos suficientes para llevar adelante la operación financiera”.
Mientras estuvo prófugo hizo varias apariciones por redes sociales. En una de ellas, volvió a pedir nuevas inversiones por US$100 vía Zoom, aparentemente. Dijo que el aporte no era para él sino que era para afrontar la crisis de la compañía producto de los embates de los que estaba siendo “víctima”.
La detención de Cositorto se suma a la de Maximiliano Batista, quien es señalado como el segundo en la estructura de Generación Zoe. Al presentarse ante la fiscal negó su participación en los hechos y se rehusó a declarar.
Con más de 20 detenidos, la fiscal Juliana Companys avanza con las indagatorias y, una vez concluida esa instancia, resolverá la situación procesal de cada uno, particularmente sobre la eventual responsabilidad penal y continuidad o no de la prisión preventiva.
En tanto, la Justicia sigue buscando al ex magistrado Héctor Yrimia, quien se presentaba como “director jurídico” de Generación Zoe.
La causa se conoció el 18 de febrero último, luego de varios operativos de allanamientos ordenados por Companys en Villa María y Buenos Aires, a partir de denuncias promovidas por ahorristas damnificados que habían invertido en Generación Zoe con promesas de importantes dividendos en conceptos de intereses.
El presunto ilícito consistía en captar inversores que aportaban capital, que la organización mantenía cautivo, y mensualmente se pagaba rentabilidad de hasta alrededor de 20% mediante un sistema piramidal que se conoce como “esquema Ponzi”