El Gobierno de Iván Duque le ordenó a su embajador en Nicaragua, el ex senador Alfredo Rangel, regresar de inmediato a Bogotá.
La manda se dictó luego de que el mandatario del país centroamericano, Daniel Ortega, quien enfrenta un aislamiento internacional sin precedentes tras su reelección, dijera otra vez que Colombia es un “narco Estado”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores emitió un comunicado en el cual expuso que “el pueblo colombiano no solamente es víctima del narcotráfico”, sino que también sufre “por las distintas amenazas a la seguridad nacional” alimentadas por el dinero provenientes de esa actividad ilícita, que “se apoya en las dictaduras” que se fueron “entronizado” en la región.
Añadió que Ortega busca infructuosamente “distraer la atención de la comunidad internacional sobre la crítica situación de derechos humanos y las múltiples violaciones que sufren los ciudadanos nicaragüenses, los partidos políticos y los opositores al régimen”.
Nicaragua atraviesa una profunda crisis política y social, agravada por las cuestionadas elecciones del pasado 7 de noviembre, cuyo resultado Bogotá no reconoció.
Luego de encarcelar a todos sus opositores antes de la votación, Ortega, reelegido para un quinto mandato, asumió el 10 de enero escoltado por el cubano Miguel Díaz-Canel, el venezolano Nicolás Maduro y el hondureño Juan Orlando Hernández, detenido y acusado de narcotráfico por Estados Unidos luego de dejar el poder, el 27 de enero.