Desde que fue fundado, el Programa Mundial de Alimentos (PMA, por sus siglas en castellano) fue un socio estratégico de las Naciones Unidas y de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cuya gestión ha sido altamente valorada por el Banco Mundial (BM) dentro del sistema de las Naciones Unidas.
Al hacerlo, el BM ha apreciado sus esfuerzos en la lucha contra el hambre, su contribución a mejorar las condiciones de paz en las zonas afectadas por conflictos y por actuar como motor de los esfuerzos para prevenir el uso del hambre como arma de guerra y conflicto.
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