A escasos minutos de la capital chilena, los fanáticos de la nieve y los deportes de invierno pueden disfrutar de una combinación perfecta entre paisajes supremos y actividades para toda la familia.
A fines del año 31, algunos de los socios más aventureros del Ski Club se dedicaron a explorar la Cordillera Chilena en busca de nuevas pistas nevadas que les permitieran practicar su deporte favorito más cerca de la capital trasandina.
Atraídos por la cuenca del río Mapocho, decidieron internarse camino adentro llegando en camión hasta Corral Quemado para continuar posteriormente durante tres horas en mula hasta Los Farellones del Cerro Colorado, desde donde se podía admirar un panorama inigualable de nieve.
A raíz de esta excursión nacieron los dos centros de esquí más completos e importantes del país vecino: El Colorado y Los Farellones, ubicados a menos de 40 kilómetros de Santiago de Chile, en plenos Andes Centrales.
En la actualidad, un camino consolidado llega hasta ambos complejos invernales que hoy ostentan una amplia gama de servicios e infraestructura: hoteles, hosterías, restaurantes, alquiler de equipos y enfermería, entre otros.
El centro de esquí El Colorado, que abrió al público en 1948, es el más antiguo de Chile y el más grande en el ámbito nacional, con un volumen de esquiadores de aproximadamente 165 mil en temporada y una capacidad instalada para responder a esta demanda.
El Colorado cuenta con 1.300 hectáreas de dominio esquiable y alturas de más de tres mil metros sobre el nivel del mar, con 78 pistas, cuatro escuelas de esquí, tres miniescuelas, cuatro accesos, 22 andariveles, siete restaurantes y un snowpark considerado el más amplio de Sudamérica, especial para practicar snowboard y esquí freestyle con un diseño basado en seguridad e innovación.
Vecino a El Colorado se encuentra el centro de montaña independiente Farellones, que lleva el mismo nombre que el pueblo fundacional de todo el complejo invernal ubicado en el corazón de tres valles.
Su arquitectura y esencia están íntimamente vinculadas con los deportes invernales y es una opción más económica y familiar que cuenta con un desnivel de 250 metros y está a una altura máxima de 2.600 msnm.
El complejo consta de siete andariveles de arrastre, restaurantes, escuela de esquí, hoteles, capilla, colegio de educación básica y posta de primeros auxilios, entre otras características.
Dentro de su oferta de aprendizaje dispone de instructores especializados en diferentes disciplinas.
Quienes no quieran esquiar pueden disfrutar de la montaña a través del tubing, una alternativa para deslizarse en la nieve; o los juegos de aire, ubicados a más de 2.600 metros, que consisten en una serie de puentes colgantes y tirolesas que varían entre 170 y 300 metros de largo.
Entre las novedades que destaca el centro este invierno se destaca la iluminación de las pistas, gracias a lo cual los fanáticos pueden disfrutar del esquí y el snowboard hasta las 21.
La zona iluminada abarca las pistas de snowpark, tubing, novicios y juegos de aire.
Nieve a la carta
Un párrafo aparte merece el alto nivel de la propuesta gastronómica de ambos centros de esquí, digna de remarcar al momento de elegir dicho destino.
Así por ejemplo, en El Colorado se puede apreciar la vista panorámica de las montañas nevadas de la mano de un Pisco Sour y las delicias propias de la región como centolla, locos, ostras y demás mariscos, variedad de carnes como jabalí y ciervo, anticuchos, cebiches, carpaccios de salmón, erizos y fondues, entre otras.
Entre estas opciones se destaca el restaurante El Alambique, que ofrece una variada carta internacional a base de carnes, pescados, exóticas ensaladas y crepes con distintos rellenos.
Mientras que en Farellones, el restaurante El Montañés tienta a los visitantes con un menú gourmet con platos que transitan de lo más simple a lo más exclusivo.