La muerte de más de 20 personas y la internación de un número mayor por ingerir cocaína mal cortada, en el conurbano bonaerense, días pasados, evidenció una realidad por lo general oculta de la vorágine diaria, relativa a los efectos del narcotráfico y el consumo de drogas. Por solo citar algunos: el poder de infiltración en la sociedad y en los poderes del Estado del crimen organizado -en este caso, en su variante narcotráfico-, el problema de la venta al menudeo y su incidencia en el pacífico funcionamiento social, los problemas de salud que acarrea el consumo y la relación de la droga con la inseguridad y con la criminalidad, entre otros. En medio de todo ello, aparecen como actores principales no solo quienes quieren recuperarse de esta adicción sino también sus madres y familiares, quienes denodadamente luchan contra este flagelo, cuyos reclamos son muy poco escuchados.
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