En las últimas semanas, la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (Ufeci), a cargo del fiscal Horacio Azzolin, percibió un incremento en los reportes por falsas ofertas de trabajo recibidas por WhatsApp o por correo electrónico. Se trata de casos de “fraude por reclutamiento”, en los cuales las víctimas son contactadas a través de esas vías y, bajo engaño, se les solicita el envío de datos personales y dinero para supuestos gastos administrativos, para acceder a una entrevista laboral o un futuro empleo. Los datos que brindan por las víctimas pueden ser utilizados para abrir cuentas en bancos electrónicos en los que se deposite el dinero proveniente de otros fraudes.
Según la Ufeci, en el “fraude por reclutamiento” las víctimas reciben un correo electrónico con una oferta de trabajo de una empresa que, en algunos casos, puede estar ubicada en el extranjero y no contar con oficinas locales. En esa primera instancia de contacto, se hace referencia a una búsqueda laboral o a una solicitud de empleo (job application) que en realidad jamás existió, dado que la víctima no efectuó ninguna postulación ni gestión para dicho trabajo en concreto. Por otra parte, la oferta laboral se presenta como muy beneficiosa, ya sea por las condiciones de trabajo, ausencia de requisitos de formación o experiencia en el tema, poca carga horaria, o bien por la muy buena remuneración ofrecida.
La segunda instancia de la estafa consiste en atravesar un pequeño proceso de selección, que puede consistir en entrevistas telefónicas o por Skype. En este último caso, se observa que generalmente la imagen no funciona, por lo cual la “videoconferencia” se limita a un intercambio de voces, sin imágenes.
Después de la etapa de “entrevistas”, se le informa a la víctima candidata al puesto sobre ciertos requisitos administrativos/legales como, por ejemplo, la tramitación de una visa de trabajo en el país receptor, promoviendo el contacto con una tercera persona “que se va a encargar de la gestión”.
Esta tercera persona es quien se ocupará de obtener información relevante de la víctima, contactándola a través de correo electrónico o WhatsApp. En primer lugar, le solicitará datos personales -como documento de identidad-, sobre cuentas bancarias, CBU, entre otros, fotografías del pasaporte propio y/o del grupo familiar, y en algunos casos se le exigirá -por supuestos motivos administrativos- el pago de una suma de dinero determinada, que deberá enviar por medio de alguna compañía de servicios financieros.
Los datos obtenidos pueden ser utilizados por los estafadores para abrir cuentas en bancos digitales, que serán utilizadas para recibir dinero de operaciones fraudulentas.
En este marco, la Ufeci recomienda revisar y configurar adecuadamente las opciones de privacidad en las redes sociales, para evitar exposiciones involuntarias. También se aconseja estar alerta a: si la oferta laboral refiere a una postulación que nunca se realizó; si los contactos con la supuesta empresa son impersonales; si le solicitan el envío de información personal, fotos de documentación propia o datos sobre cuentas bancarias.