En función de ello, pulpos, cangrejos y langostas recibirán una mayor protección.
El gobierno británico tomó la decisión luego de analizar un informe de la London School of Economics que releva evidencia científica que acredita que aquellos animales tienen la capacidad de experimentar dolor y angustia, y ratificó que la nueva normativa se extenderá a todos los crustáceos decápodos y moluscos cefalópodos.
El estudio es una revisión independiente encargada por el gobierno. Se basó en más de 300 informes científicos que evalúan la sensibilidad en cefalópodos (incluidos pulpos, calamares y sepias) y decápodos (incluidos cangrejos, langostas y cangrejos de río).
De acuerdo con el ministro de Bienestar Animal de Reino Unido, Lord Goldsmith, el país está comprometido “con liderar el camino del bienestar animal en el mundo”, incorporando en la legislación algunas de las protecciones más sólidas para mascotas, ganado y animales salvajes.
También evaluó las posibles implicaciones para el bienestar de las prácticas comerciales actuales que los involucran. Recomienda, entre otras cosas, prohibir la venta de crustáceos decápodos vivos a manipuladores no capacitados y los métodos extremos de matanza, como la ebullición en vivo sin aturdimiento.
Mejores prácticas
Paralelamente, incluye sugerencias sobre las mejores prácticas de transporte, aturdimiento y sacrificio.
Según el ministro de Bienestar Animal de Reino Unido, Lord Goldsmith, el país está comprometido “con liderar el camino del bienestar animal en el mundo”, incorporando en la legislación algunas de las protecciones más sólidas para mascotas, ganado y animales salvajes.
“El proyecto de ‘sentiencia’ proporciona una garantía crucial de que el bienestar de los animales se considera correctamente al desarrollar nuevas leyes. La ciencia ahora es clara en el sentido de que los crustáceos y moluscos pueden sentir dolor y, por lo tanto, es justo que estén cubiertos por esta legislación vital”, resaltó el funcionario.
Aunque los crustáceos y cefalópodos decápodos tienen un sistema nervioso central complejo, uno de los sellos distintivos clave de la sensibilidad, hasta ahora no habían sido reconocidos por el Proyecto de Ley de Bienestar Animal.