Lo indicó un informe de Organización Mundial de la Salud (OMS), al advertir sobre cómo el contexto profundizó la problemática
El abordaje adecuado de la demencia es hoy una asignatura pendiente, según un último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que precisó que sólo 25% de los países del mundo cuenta con políticas y estrategias adecuadas a la problemática.
Además, las dificultades se profundizaron con el advenimiento de la pandemia de coronavirus, enfermedad que afectó más a estos grupos poblacionales de riesgo.
Estas son las principales advertencias del documento “Informe sobre la situación mundial de la respuesta de salud pública a la demencia”, que fue publicado al inicio de este mes por el organismo internacional.
“El mundo fue transformado en 2020 por la pandemia de Covid-19, que continúa siendo uno de los mayores desafíos de los últimos 100 años para los sistemas de salud, las economías y las sociedades”, asegura la introducción del extenso reporte, advirtiendo de que “las cargas y pérdidas en términos de mortalidad y morbilidad han sido particularmente altos entre las personas mayores personas, y especialmente personas con demencia, por múltiples razones”.
Según indica el documento, es importante señalar que justamente fueron las personas con afecciones neurológicas preexistentes las más vulnerables a la infección por coronavirus y las que enfrentaron mayores síntomas y riesgos de mortalidad.
En tanto, otros factores ligados a la coyuntura disruptiva también afectaron a este segmento y se registró en general un mayor índice de mortalidad en países como Inglaterra y Gales, lo cual -indicó la OMS- puede “deberse a factores como interrupciones en la atención de rutina, rupturas en las cadenas de suministro de medicamentos y el resultante desabastecimiento, disminución del acceso a servicios de emergencia y psicosociales, impactos de las medidas de salud pública diseñadas para controlar la pandemia”, entre otros.
Estado actual
En todo el mundo, actualmente existen más de 55 millones de personas que padecen demencia, que se constituye como uno de los trastornos neurológicos más comunes y la séptima causa de fallecimientos.
En tanto, se estima que esa cifra se elevará a 78 millones en 2030 y a 139 millones, en 2050.
Además, esta dolencia es una de las principales causas de dependencia del cuidado y la discapacidad durante la vejez, cuestión que afecta tanto a países de alto, medio y bajos ingresos.
“Aunque las personas mayores usualmente pueden arreglárselas bien y permanecer independiente incluso con una marcada discapacidad física, el surgimiento del deterioro cognitivo puede comprometer la capacidad para realizar tareas complejas pero esenciales en el día a día de la vida”, indicó el documento, a la vez que afirmó que mucho de lo que sucede también “depende en gran medida del contexto social y familiar de cada persona”.
En este sentido, el informe de la OMS destacó la “urgente necesidad de reforzar el apoyo a nivel nacional en lo que respecta a la prestación de atención a las personas con demencia” y aseguró que en este marco deben incluirse la atención primaria, la especializada, los servicios comunitarios, de rehabilitación, cuidados de larga duración y paliativos.
En este sentido, el reporte precisó las diferencias existentes entre las distintas naciones, considerando el nivel de ingresos de cada una. “La medicación, los productos de higiene, las tecnologías de asistencia y las adaptaciones domésticas también son más accesibles en los países de ingresos altos, con un mayor nivel de reembolso, que en los países de ingresos bajos”, explicó el comunicado de prensa de la entidad que introduce el reporte.
También se destaca la informalidad en los cuidados de los adultos mayores que presentan esta problemática.
“El tipo y el nivel de los servicios prestados por los sectores de la salud y la asistencia social también determinan el nivel de los cuidados informales, que son proporcionados principalmente por familiares. Los cuidados informales representan aproximadamente la mitad del costo mundial de la demencia, mientras que los costos de la asistencia social suponen más de un tercio”, aseguró la organización.
“En los países de ingresos bajos y medios, la mayor parte de los costos de la atención de la demencia son atribuibles a los cuidados informales (65%). En las naciones más ricas, los costos de los cuidados informales y la asistencia social representan cada uno aproximadamente el 40%.”, detalló.
Perspectivas
“A medida que la población envejece, el número de personas con demencia se espera que aumente sustancialmente. Con el único aprobado tratamiento de la enfermedad que aún no muestra los beneficios clínicos, es fundamental para centrarse en el desarrollo de políticas de salud pública para implementar estrategias de prevención y reducción de riesgos destinado a evitar el daño cerebral y / o amortiguar su efecto sobre la expresión de síntomas clínicos”, aseveró la OMS.
Así, la entidad advirtió de que deben “abordarse las desigualdades persistentes” en el mundo para garantizar cambios equitativos en la sociedad, con el objetivo de que el riesgo de demencia pueda disminuir a medida que mejores los esfuerzos y los factores de protección contra estas dolencias.