Por Sebastián Heredia Querro (*)
En la primera entrega de esta columna se presentó el concepto de la Web3 y se describió el funcionamiento y los atributos de las DLTs (Distributed Ledger Technologies) como género de tecnologías, haciendo foco en las blockchains como una de sus especies más “afamadas”. En la segunda entrega, se analizaron casos recientes de utilización de las DLTs por parte del sector público, para generar mayor transparencia y mayor eficiencia en los procesos de compra pública.
En esta tercera entrega se propone analizar el uso de la tokenización como una nueva herramienta de estímulo e incentivo, que permite vincular a los gobiernos y a los ciudadanos, alineándolos en pos de objetivos mutuamente beneficiosos.
Smart Citizens
El capítulo VI de mi e-book sobre Smart Contracts se dedica a analizar casos de uso de las DLTs por parte de gobiernos, y uno de ellos es la prueba de concepto de presupuestos participativos tokenizados por parte del municipio de Alcobendas, en España: se utiliza una blockchain pública no permisionada (Ethereum) para dejar registrado el voto (secreto pero trazable con un sello de tiempo) de los ciudadanos respecto al uso y aplicación de fondos componentes del presupuesto participativo.
Incentivos comunitarios tokenizados
Ahora bien, en el nuevo paradigma de la Internet del Valor, las Smart Cities pueden avanzar un paso más, utilizando las DLTs y las blockchains como una herramientas de registro de conductas ciudadanas deseables, que permiten también registrar ciertos beneficios y premios en favor de aquellos ciudadanos comprometidos con fines socialmente beneficiosos.
En este sentido, quizás uno de los primeros casos de Latinoamérica es orgullosamente argentino: el desarrollado en 2019 por el municipio de Marcos Paz (provincia de Buenos Aires) junto con la empresa Koibanx: un innovador programa conocido como Activos Marcos Paz.
Su funcionamiento requiere de la descarga y autenticación del vecino (o del comercio que adhiera al programa) mediante una billetera criptográfica que registra información en la blockchain de RSK. Las billeteras pueden escanear códigos QR, que se utilizan para transaccionar (i.e. enviar) tokens criptográficos que representan beneficios y descuentos en comercios adheridos y ante el municipio.
Ciertas conductas comunitarias deseables realizadas por los residentes empadronados en Marcos Paz (como por ejemplo asistir a talleres culturales, utilizar el transporte municipal, el pago puntual de tasas municipales, reciclar residuos domiciliarios, entre otros) se premian y se incentivan con tokens criptográficos (llamados Activos Marcos Paz) que se acreditan en sus billeteras criptográficas. Estos tokens criptográficos generan beneficios reconocidos por los comercios adheridos al programa y, una vez recibidos por ellos, estos tokens criptográficos pueden ser utilizados por los mismos comercios para el pago de tasas municipales.
Cultura tokenizada, cultura incentivada
En la capital de Austria, Viena, en febrero de 2020 se inició un proyecto similar al de Marcos Paz, llamado Kultur Token, con una propuesta de valor muy sencilla pero también muy potente: acceso gratis a actividades culturales a cambio de conductas ambientalmente responsables.
Al descargar una billetera criptográfica los ciudadanos vieneses pueden ganar tokens por el mero hecho de caminar, andar en bicicleta o usar el transporte público. La billetera calcula el ahorro generado en términos de CO2, comparándolo con el CO2 emitido si el ciudadano se hubiera transportado manejando un automóvil. Mientras más huella de carbono se ahorra más Kultur Tokens se acreditan en la billetera.
The world is flat
Muchos creemos que, tal como lo señala la célebre obra de Thomas Friedman, en el siglo XXI nos podemos permitir volver a ilusionarnos porque en términos tecnológicos (y de talento humano en general) Viena y Marcos Paz están en igualdad de condiciones.
El talento digital está a disposición y está en Argentina. Pero lamentablemente todo parece indicar que los políticos en Argentina están obsesionados con la regulación de las mal llamadas (y aún peor entendidas) “criptomonedas”, cuando, en realidad, el verdadero valor de la Web3, las DLTs, las blockchains y los tokens criptográficos, excede mucho el de la creación y uso de criptoactivos con finalidad de pago, estables o no.
La mala regulación (¿y fama?) de aquéllos puede dejarnos sin los beneficios de las DLTs, las blockchains y los tokens criptográficos.
(*) Magíster en Derecho Empresario y magíster en Finanzas. Director de la Sala de Derecho y Tecnología del Colegio de Abogados de Córdoba. Codirector de la Diplomatura #D4T (Universidad Católica de Córdoba). Cofundador y CEO de Tokenize-IT y autor de la obra open-source Smart Contracts: Qué son, para qué sirven y para qué no servirán