La levantadora de pesas transgénero de Nueva Zelanda Laurel Hubbard quedó eliminada de los Juegos Olímpicos de Tokio al acumular tres nulos en la categoría de de mujeres de más 87 kilos en sus tres intentos.
Hubbart no logró levantar 120 y 125 kilos (dos veces) y quedó eliminada de la competencia. La medalla dorada se la llevó la china Ji Wengeng.
La deportista de 43 años cumplió con los requisitos impuestos por el Comité Olímpico Internacional (COI) para personas que transicionaron del género masculino al femenino e hizo historia en Tokio: fue la primera mujer trans que disputó una prueba.
Las directrices vigentes del COI, publicadas en noviembre de 2015, señalan que los deportistas que hacen la transición de hombre a mujer pueden competir en la categoría femenina sin necesidad de remover sus testículos, pero siempre que su nivel de testosterona sea inferior a 10 nanogramos por mililitro de sangre durante al menos 12 meses.
Según el COI, en el caso de las personas que nacieron varones y viven como mujeres, los cambios anatómico-quirúrgicos no son necesarios para preservar la competencia leal; incluso, determina que pueden llegar a ser incompatibles con el desarrollo de la legislación en la materia y las nociones de derechos humanos.
El comité regló que las atletas que cambien su sexo al masculino podrán competir sin restricciones y que, en cambio, los que realicen el paso a femenino tendrán que hacer un año de terapia hormonal antes de participar.
La diferenciación se hizo para minimizar cualquier ventaja en las competencias entre mujeres, ya que los niveles de testosterona son una variable a considerar.
Cabe recordar que bajo los parámetros anteriores, aprobados en 2003, los deportistas que hicieran la transición entre un sexo y otro no podían competir a menos que se hubieran sometido a terapia hormonal durante al menos dos años y, para el caso de las mujeres trans, a cirugías de reasignación de sexo.
Hubbard, quien hizo la transición de varón a mujer a los 30 años, ganó la medalla de plata en el Mundial de 2017 y quedó sexta en el campeonato de Oceanía, en 2019, tras lesionarse.
Pese a los lineamientos que fijó el COI, su participación dividió opiniones y hay quienes insisten con que tiene ventajas innegables porque entrenó y compitió mucho tiempo como hombre.