Después de un año de pandemia de coronavirus, con las fronteras prácticamente desiertas y todavía con restricciones intermitentes internas, la industria hotelera nacional no logra recuperarse. Según el informe de ocupación hotelera difundido en la tarde de ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), las pernoctaciones registradas en abril pasado llegaron en todo el país a casi 1,5 millón, contra un total de casi 3 millones registradas en 2019, último año “medible” -ya que en el cuarto mes del año pasado toda la industria turística nacional se encontraba cerrada por la cuarentena-.
Otra muestra de la crisis que atraviesa la actividad es el número de viajeros registrados. Mientras en abril de hace dos años fueron 2,25 millones, durante el mismo mes de este año apenas superaron 600 mil. Esto muestra un desplome de 74%. En parte, esta cifra está asentada en la casi nula presencia de viajeros no residentes, esto es, turistas extranjeros que se hospedan en los hoteles argentinos. Mientras hace dos años sumaban unos 370 mil en el período analizado, este año apenas llegaron a 8.700 personas. Pero, como se observa, la ausencia de extranjeros explica sólo en parte la debacle de la hotelería nacional.