Es la primera iniciativa en Córdoba para recuperar equipamiento residual en escala. El Consejo los acopia transitoriamente, luego una empresa desmantela y recupera los materiales que se usan como insumo industrial.
La basura electrónica proveniente de computadoras, celulares, impresoras, faxes o scanners contiene sustancias potencialmente peligrosas para la salud y el medioambiente -como plomo, zinc, berilio o arsénico-, lo que plantea la necesidad de darle un tratamiento adecuado. Para reducir el impacto ecológico de las tecnologías, el Consejo Profesional de Ciencias Informáticas de Córdoba (Cpcipc) dio el puntapié inicial y comenzó a juntar este tipo de chatarra. La acopia transitoriamente y luego la entrega a una empresa especializada, que se encarga de reciclarla.
“Los materiales más tóxicos están en las pantallas de los monitores, las lámparas de los scanners, las baterías del celular y las pilas”, advirtió a Comercio y Justicia Gustavo Díaz, secretario del consejo, quien confirmó que a tres semanas de lanzar la campaña entre sus matriculados ya reunió una tonelada (1.000 kilos) de “tecnobasura”. El circuito de reciclado comienza con el acopio de todo tipo de aparatos electrónicos y eléctricos que receptan en la sede de la entidad profesional (ubicada en Laprida 365). Este material luego es retirado por la empresa 3R Ambiental, que recientemente firmó un convenio con el Cpcipc a tales efectos.
Según explicó Díaz, del desguace de las PC, monitores, fotocopiadoras, impresoras o teléfonos, entre otros, se separa cobre y plomo que son destinados a fábricas fundidoras; plástico, que se envía a plegadoras del material que generan insumo para autopartistas, y los materiales ferrosos (hierro obtenido del latón de la carcaza de las CPU y laterales por ejemplo) se destinan a a la acerera Acindar.
Según señalan en el Consejo, los informáticos venían acumulando la chatarra en depósitos o sótanos, e incluso lo dejaban sobre las veredas para que sean retirados por el recolector de basura. A partir de ahora, los matriculados se interesaron por esta campaña y están acercando los aparatos a la institución. Cabe aclarar que también los particulares pueden llevar sus materiales en desuso.
“El convenio (con la empresa gestora de esta basura) surge porque se reconoce que el equipamiento informático, debido a su uso masivo, gran expansión, rápida obsolescencia e impacto negativo puede producir el acopio inadecuado. Y su gestión no profesional plantea la necesidad de dar un tratamiento acorde a la satisfacción del interés por el ciudado y preservacion del medio ambiente”, subrayan en el consejo profesional.
Finalmente, mediante la coordinación de acciones entre la entidad y la empresa se logró implementar una política masiva de gestión de “scrap electrónico” y disposición final de éste.
En el caso de que se requiera disponer de la trazabilidad del equipamiento entregado, es decir un desgloce de los componentes internos y fundamentalmente una constancia o certificado de disposición final de los residuos peligrosos; la empresa cobra por la gestión administrativa y logistica de esta gestión, $ 0,40 por kilo de material retirado.
¿Qué reciben?
– CPU de computadoras personales (incluyendo unidad central, mouse, teclado y demás periféricos). Notebooks.
– Monitores (se aceptarán sólo si vienen acompañados de su respectiva CPU)
– Scanners, fotocopiadoras, impresoras y equipos multifunción. Dispositivos Palm.
– Procesadores de datos (servidores),
– Teléfonos, celulares, contestadores
automáticos y fax.
– Reproductores de MP3, MP4, MPGE, Equipos de música. Instrumentos musicales electrónicos. Reproductores de DVD.
– Videocámaras, videograbadoras y videojuegos. Aparatos electrónicos de medición (testers). Aparatos médicos (con excepción equipos infectados y radioactivos).
– Cámaras digitales, tickeadoras y calculadoras.
– Informes: teléfono 4638700