sábado 23, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Batalla judicial en Canadá para deportar al último nazi vivo

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Al perder la ciudadanía canadiense, en 2018, por ocultar su pertenencia a una unidad de exterminio del Tercer Reich, Helmut Oberlander, de 97 años, se enfrenta a la deportación.

Según el Ministerio de Justicia de Canadá, su caso es el único relacionado con la Segunda Guerra Mundial que sigue abierto.

Canadá combatió con los aliados en esa contienda y recibió a miles de inmigrantes, pero también se convirtió en refugio de algunos nazis: según cálculos del historiador Howard Margolian, unos dos mil criminales y colaboradores llegaron a ese país entre 1946 y 1956; la mayoría procedentes de Ucrania, Lituania y Hungría.

Oberlander es uno de ellos -al parecer, el último que sigue vivo- y hace años batalla judicialmente para evitar ser expulsado.

Aunque no fue acusado formalmente, las autoridades canadienses lo vinculan con un “escuadrón de la muerte” alemán que mató al menos a 20 mil personas.

Ahora, siete décadas después, la Comisión de Inmigración y Refugio de Canadá debe decidir su suerte.

Oberlander, nacido en 1924 en Ucrania, llegó a Canadá con su esposa en 1954 y obtuvo la ciudadanía canadiense en 1960.

La pareja se estableció con sus dos hijas en Waterloo (Ontario), donde tuvo éxito económico gracias a actividades en el sector inmobiliario.

En 1995, la Real Policía Montada abrió una investigación sobre la pertenencia de Oberlander, entre 1941 y 1943, a un Einsatzkommando, las unidades nazis integradas por miembros de las SS y la Gestapo que operaron en zonas de la extinta Unión Soviética y asesinaron a miles de civiles.

Oberlander dijo que fue obligado a integrarse a esta unidad a los 17 años y que la ejecución era el castigo para los desertores. También sostuvo que desempeñó tareas como traductor.

Vladímir Katriuk, antiguo integrante de las SS, falleció en 2015, a los 93 años, en Ormstown (Quebec). Nunca compareció ante un juez.

Wasyl Odynsky, ex guardia en el campo de concentración de Trawniki, Polonia, murió en 2014 en Scarborough (Ontario), a los 90 años. En 2009 la justicia desestimó un pedido para retirarle la ciudadanía.

En 2000, en un primer intento de Canadá por cancelar su ciudadanía, el juez Andrew MacKay concluyó que no existían pruebas sobre su participación en las masacres pero que conocía la brutalidad de los Einsatzkommandos y, por lo tanto, fue cómplice.

Los abogados de Oberlander lograron que la decisión fuera revocada tres veces, pero en septiembre de 2018 el magistrado Michael Phelan dictó un fallo definitivo.

Los letrados intentaron apelar ante la Suprema Corte, petición que les fue denegada en diciembre de 2019. Así, comenzó a analizarse la deportación, aunque se desconoce a qué país.

Desde entonces, la defensa intenta frenarla, argumentando que su avanzada edad y sus facultades mentales disminuidas representan un “abuso en el procedimiento”.

En febrero logró la suspensión temporal de una orden que caducó el 19 de marzo y esta semana habrá otra audiencia.

Michael Levitt, presidente de Amigos del Centro Simon Wiesenthal, sostuvo que Oberlander abusó del sistema legal y que su caso es “vergonzoso e irrespetuoso” para la memoria de quienes sufrieron y perdieron la vida a manos de los nazis.

Por su parte, el copresidente del centro consultivo de relaciones judías e israelíes, Pinchas Gutter, le reclamó al gobierno de Canadá que expulse a Oberlander.

“Nos entristece enormemente que los criminales de guerra nazis sigan evadiendo la justicia al ocultar su pasado. Oberlander sirvió en un escuadrón de la muerte nazi y mintió para obtener la ciudadanía canadiense” , señaló en un comunicado.


Leyes

  • En 1987, la administración de Brian Mulroney modificó el Código Penal para que Canadá pudiera juzgar en su territorio crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos en el extranjero. Lo hizo luego de que el país fue señalado por no esforzarse en perseguir esos casos.
  • En 2000 sancionó una ley sobre crímenes de guerra y contra la humanidad, después de ratificar el Estatuto de Roma. Hasta el momento, sólo se han celebrado dos procesos basados en esa norma -relativos al genocidio en Ruanda-.
  • En cuanto a los casos de nazis, Michael Seifert, quien integró las SS y llegó a Canadá en 1951, fue extraditado a Alemania en 2007. En tanto, László Csatáry, miembro de la policía húngara que participó del traslado de unos 15 mil judíos a Auschwitz, perdió la ciudadanía canadiense en 1997 y murió en Budapest, en 2013.

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