El juicio oral por supuesto lavado de dinero a Lázaro Báez, sus cuatro hijos y otros procesados se reanudó ayer con una breve audiencia para escuchar las últimas palabras de cinco acusados, antes del veredicto previsto para el miércoles 24 de este mes.
El Tribunal Oral Federal 4 escuchó, en una audiencia que duró media hora, las últimas palabras de cinco acusados.
Los jueces Néstor Costabel, Adriana Pallioti y María Gabriela López Iñiguez escucharon a Alejandro Costa, César Fernández, Jorge Cerrotta, Cristian Delli Quadri y Eduardo Castro. Los tres últimos tienen pedido de absolución por parte del fiscal de juicio Abel Córdoba. Fernández, ex vicepresidente de la financiera SGI, tiene un pedido fiscal de cinco años de prisión y negó “haber cometido delito precedente alguno” como vicepresidente de la conocida como la “Rosadita” donde fueron filmados otros acusados, entre ellos Martín Báez, contando fajos de dólares.
Al pedir al Tribunal su “absolución”, negó haber conocido a Lázaro Báez ni haber sabido nada relativo a la actividad de su empresa “Austral Construcciones”.
Eduardo Castro, calificó al juicio de “surrealista”. “La verdad no sé qué estoy haciendo acá”, dijo en el debate que se realiza por videoconferencia por la pandemia de coronavirus y refirió a los inicios de la causa cuando “un conocido sindicalista manipula a un joven inexperto para que haga declaraciones en televisión” y recordó que el juez del caso, Sebastián Casanello, “desestimó la relación entre SGI con la actual vicepresidenta”.
También aludió a “razones económicas” para “eliminar a la principal candidata a ganar una licitación con una empresa china para la realización de dos represas en Santa Cruz, por cinco mil millones de dólares”.
Sobre la filmación de Martín Báez contando dólares en la sede de SGI, Castro dijo que “se tomó un simple conteo de fondos que se realizaba en una oficina como un delito”.
En su alegato final la fiscalía dio por probados hechos de lavado de dinero por unos 55 millones de dólares entre 2010 y 2013.