Alba, marca de pinturas para hogar y obra del Grupo AkzoNobel es, nuevamente y de manera ininterrumpida desde su primera edición, el color de Casa FOA, el encuentro de diseño y arquitectura que se lleva a cabo en la tradicional esquina de las calles Arroyo y Suipacha, del barrio de Retiro, ciudad de Buenos Aires, bajo el concepto “Escenarios futuros”, que permanece abierta desde el 14 pasado hasta el 20 de noviembre.
La compañía adelanta cuáles serán las tendencias en colores para 2023, en algunos espacios como el
Pensionado y la Casa Parroquial Madre Admirable y el Museo Fernández Blanco.
Además, en este marco también se celebran 20 años de la campaña global Color del Año, a partir de la cual se busca entregar a las personas y a los profesionales de arquitectura y diseño del mundo “la inspiración y la información necesarias para facilitar y mejorar la elección de los tonos, tanto para entornos residenciales como comerciales“.
“Creemos en el poder transformador del color y su impacto en el estado de ánimo de las sociedades en las que vivimos, por eso hace 20 años lanzamos nuestra campaña Color del Año, buscando enriquecer el espíritu de cada persona con sensaciones positivas que potencien nuestro bienestar”, comentó Juliana Torres, vocera de Colour Futures y gerente regional de marketing y color de la compañía.
¿Cómo se elige el color del año?
En el Centro de Estética Global de AkzoNobel, expertos de diversas disciplinas transforman las tendencias mundiales de comportamientos, sentimientos, estados de ánimo, en sintonía con el momento que vivimos, en paletas de colores de pintura. Para ello, desde hace 20 años llevan adelante una investigación rigurosa que reúne ideas sociales, culturales y de diseño para 80 mercados de todo el planeta.
La definición del color del año es un pronóstico que resume los principales puntos de esta investigación y que, con el correr de los años, fue confirmando la exactitud de su proceso de análisis.
La historia de Colour Futures ofrece un retrato de cómo han cambiado los gustos y las prioridades de las personas en los últimos 20 años. Se pueden apreciar modificaciones de tonos más vibrantes a una mayor búsqueda de colores neutros y naturales que recuerdan el planeta Tierra.
2004-2007. Dominaron los azules más fríos y violetas, los cuales tuvieron un papel dominante en paletas de colores de este período.
2007-2013. Fue la época de amarillos optimistas, tonos soleados que se volvieron protagonistas, las personas buscaban positividad para sus interiores.
2013-2023. Aumentan los tonos neutros. En la última década se aprecia una tendencia creciente hacia ellos, siendo cada vez más populares los grises.
2015-2023. Tonos terrosos, cálidos y saturados. Durante los últimos ocho años se distingue una creciente preferencia por los colores que se sienten positivos, cálidos y terrosos.
“En las predicciones para el 2023 se aprecia cómo el medio ambiente toma el centro y lo protagoniza. La tierra se ubica como fuente de todo: bienestar, inspiración y proyectos de vida. Se absorbe el poder de la naturaleza y se ayuda a las personas a llevar esta magia a casa. Así se eligió el Color del Año inspirado en la naturaleza: Silencio de Invierno TM, además de cuatro nuevas paletas que reflejan las diferentes formas en que ésta nos enseña y alimenta”, adelantó la compañía.
El color del año
Silencio de Invierno TM, el color del año, es un color positivo que, al conectarse con la naturaleza, hace más acogedor el hogar, ayuda a sentirse mejor. Está inspirado en los tonos cálidos de las flores secas y los campos que dan una sensación de permanencia.
Viene en cuatro paletas: la primera está centrada en la salud mental y la necesidad de conectarse con la naturaleza,
que protege el bienestar individual. Por eso, está compuesta de colores acogedores, consigue ambientes relajantes gracias a sus tonos inspirados en jardines, praderas y bosques, creando una conexión instantánea con la naturaleza.
La segunda tendencia se basa en el pensamiento colectivo, en la cooperación, que deriva en el surgimiento de la paleta de colores optimistas, inspirados en la luminosidad natural y la biodiversidad de valles, campos y prados. Los colores optimistas traen una sensación de vitalidad. Esta propuesta desborda energía, positividad y alegría, además de aportar armonía y felicidad en cada espacio.
La tercera tiene como eje principal la bioinspiración y destaca la importancia de aprender de la naturaleza para estimular la creatividad. Encontramos soluciones inteligentes y sostenibles para ayudarnos a construir hogares cómodos, viables y hermosos para el futuro. Aquí aparecen las materias primas de la naturaleza. Estos colores crudos se sienten cálidos y sólidos en cualquier sitio donde se apliquen.
Por último, la cuarta tendencia apunta a los ciclos de la vida y el valor de sintonizarse con los ritmos de la naturaleza con el fin de alcanzar un balance y equilibrio, dejándonos llevar por las idas y vueltas. El resultado es una paleta de colores serenos, suaves y costeros, que ayudan a sentir calma y equilibrio.