En Brasil, la Justicia del estado de Río de Janeiro determinó el cierre de las actividades comerciales y turísticas en Buzios por la suba de casos de coronavirus, lo cual provocó cacerolazos de las personas que integran esos sectores.
El tribunal fijó un plazo de 72 horas para que los turistas abandonen la ciudad y ordenó que vuelva a la “bandera roja”; es decir, a que circules solo los trabajadores esenciales.
La intendencia aceptó el decisorio pero prepara una apelación.
Comerciantes y empresarios hoteleros -entre ellos, decenas de argentinos- fueron a la plaza de Armação dos Buzios, en el centro, para protestar contra la medida que se dictó en la previa de las fiestas de fin de año, en plena temporada alta.
El fallo indica que los restaurantes podrán operar solo con delivery y veda el funcionamiento de los hoteles. Además, indica que no se podrá permanecer en las playas ni en espacios públicos ni hacerse fiestas, bailes, shows, ferias o similares.
Buzios registró una suba repentina de casos desde que flexibilizó totalmente sus actividades: en siete días los positivos escalaron de 744 a 968.