De acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Agricultura de la Nación, le siguieron en orden de importancia, según la facturación, el complejo cerealero, que explicó 27% de las ventas al mundo en los siete primeros meses del año
Las ventas del complejo sojero aportaron 37% al total exportado por el sector agroindustrial durante los primeros siete meses del año, lo que significa que 3,7 de cada 10 dólares facturados al mundo por la comercialización de productos agroindustriales se debieron a este sector de la economía argentina.
Eso se desprende del reporte estadístico del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, que añadió que le siguieron en importancia, de acuerdo con su facturación, las ventas del complejo cerealero, que explicó alrededor de 27% del total.
“Estos valores son el resultado del peso de las ventas de harina y pellets de soja, por un lado, y las de trigo y maíz, por otro”, refirió el análisis.
Concretamente, 19% de las ventas al mundo con origen agroindustrial, entre enero y julio pasados, se concentró en exportaciones de harina y pellets de soja. En tanto, 17% correspondió a ventas de maíz, 10% a aceite de soja, 8% a poroto de soja y 7% a exportaciones trigo.
El informe de la cartera que conduce el ministro Luis Basterra precisó además que la balanza comercial de productos agroindustriales registró un saldo positivo de US$20.237 millones durante los primeros siete meses del año, cantidad ligeramente superior a la del mismo período de 2019.
Al desglosar las cifras, el Informe de Exportaciones Agroindustriales mostró que en el período enero-julio las ventas al exterior de ese origen, de US$23.602 millones, resultaron 1,1% inferiores a las alcanzadas en el mismo lapso del año anterior.
En tanto, las importaciones de productos agroindustriales sumaron US$3.365 millones y registraron un retroceso de 7,3% interanual, con lo cual se anotó un superávit sectorial US$8 millones.
Otros productos agroindustriales
El informe de Agricultura resaltó asimismo la participación de las ventas de carne bovina congelada (5% del total agroindustrial); y de cebada, moluscos, vino y mosto; y maní sin cáscara (2% en cada caso), durante ese período.
Por su parte, entre enero y julio las exportaciones no tradicionales y de economías regionales sumaron US$6.834 millones, nivel similar al registrado en 2019. Ese monto representó 29% del total exportado por el sector agroindustrial (US$23.602 millones).
“En este contexto se destaca el desempeño positivo de las exportaciones de 20 sectores que mostraron signos de recuperación y crecimiento”, se destacó.
Esos incrementos se anotaron principalmente en lácteos (leche fluida, 482%); oleaginosos (maní con cáscara, 356%); hortalizas (tomates frescos 178%, otras hortalizas frescas 23% y ajos frescos 3%).
También se destacaron los repuntes en envíos de legumbres (garbanzos, 68%; arvejas, 27%; porotos, 22%), al igual que en carnes (porcina, 70%; bovina, 14%) y en la pesca (moluscos, 53%). Otros incrementos en los embarques de productos agroindustriales durante enero-julio se registraron en los jugos cítricos, 29%; en frutas cítricas (naranjas 16% y limones 13%); en la miel, 24%; y en las frutas (peras, 7%).
“Estos incrementos se explican por aumentos en los precios internacionales, acompañados de aumentos en la demanda de los principales destinos”, se explicó.
En tanto, se anotaron mermas en los valores con respecto a 2019 -pese a los mayores volúmenes exportados- en vino y mosto, cebollas frescas, manzanas y aceite de oliva.
Destinos concentrados
“Durante los primeros siete meses del año, 10 países concentraron 66% de las exportaciones agroindustriales”, sobre un total de 158.
Así, el principal demandante fue China, con US$3.173 millones, 13% del total exportado por el sector agroindustrial, luego de aumentar 19% con respecto al período anterior.
Después se destacaron las ventas a la Unión Europea (UE), segundo destino en importancia, con una participación de 13% sobre el total; Brasil (8%), India (6%) y el Sudeste Asiático (15% del total entre Vietnam, Indonesia y Malasia).
Estos últimos mercados ganaron dinamismo en los meses recientes frente al retroceso de destinos tradicionales como la UE (-8%) y el Mercosur (-12%).