Un monitoreo mostró que la confianza de los productores se recuperó en el corriente mes en comparación con el mínimo de la serie observado en junio. Sin embargo, sigue en terreno negativo, lo que indica que aún son más las visiones pesimistas que las optimistas
La confianza de los productores agropecuarios se ha recuperado en septiembre en comparación con el mínimo de la serie histórica observado en el mes de junio pasado, de acuerdo con el Barómetro de Agronegocios (Ag Barometer Austral) que realiza de manera bimestral el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
“Esto rompe con el proceso de deterioro continuo que comenzó hace un año, luego del resultado de las elecciones primarias, y presumiblemente comienza un rebote en las expectativas”, destacó el reporte.
Así, el Ag Barometer Austral mostró en septiembre un valor de 69 frente a los 48 de junio pasado y a los 74 de septiembre de 2019. Se observa un crecimiento de casi 44% respecto a la medición previa, ubicándose en “valores similares a los de hace un año, luego de la caída como resultado de las PASO” (elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias).
De igual modo, si bien la Universidad Austral destaca que es “alentadora la mejora luego del deterioro que se venía observando”, el índice continúa por debajo de 100, lo que indica que aún son más las visiones pesimistas que las optimistas. Por este motivo, considera que “será necesario ver cómo siguen los futuros relevamientos para precisar si hay un real cambio de tendencia, un amesetamiento o se vuelve a la dinámica decreciente”.
Al desglosar el índice que monitorea Condiciones Presentes, que incluye la situación financiera actual comparada con un año atrás y la oportunidad para realizar inversiones en activos fijos, alcanza 74 puntos, esto es 42% superior a la medición previa e incluso 15% superior al de un año atrás.
“Un driver importante de este cambio está vinculado con la mejora en la proporción de productores que considera que hoy es un buen momento para realizar inversiones, en que el índice de 91 es el mayor desde que se computa este índice, en octubre 2018”, destacó la institución.
Y detalló: “La combinación de una brecha cambiaria elevada, la poca atractividad de las colocaciones en pesos, sumadas a la recuperación de la rentabilidad (aumento de los precios) y las bajas tasas de interés en términos reales, hacen que muchos productores empiecen a ver con buenos ojos la posibilidad de capitalizarse haciendo inversiones en activo fijo”.
Sin embargo, el índice que mide Expectativas Futuras, que incluye percepciones acerca del futuro de la explotación agropecuaria y del sector agropecuario en general a mediano plazo (entre uno y cinco años), no mejoró en iguales proporciones.
La universidad refirió que el crecimiento de este último fue de aproximadamente 44% respecto de la última medición, aunque aún permanece 18% por debajo de la medición de hace un año.
“El pesimismo con relación al futuro se fundamenta en las dudas acerca de la evolución en el mediano plazo del sector, y de la desconfianza que genera la actuación del Gobierno para con el sector”, se explicó.
Dos tercios de la producción en manos de los productores
En relación con el ritmo de ventas de la cosecha gruesa 2019/20, 33% de los productores manifiestó haber vendido toda su producción y que queda un porcentaje importante de la cosecha de soja sin fijar precio.
De entre quienes aún están en poder de su producción, 22% indicó que tiene un cuarto o menos de su producción, 32% entre un cuarto y la mitad, y sólo 13% de los productores cuenta con más de la mitad de su producción de la campaña gruesa.
“El motivo principal de quienes aún conservan parte de su producción está vinculado con la
necesidad de cubrir alquileres y otros gastos (52,8%). Entre otros motivos relevantes, 25,5% de los productores no vendió por cuestiones financieras (esperan mejora en el tipo de cambio) y 15,8%, por razones comerciales (esperan mejora en los precios internacionales).
En cuanto al financiamiento actual, en promedio 23% de los productores indicó que se financia con recursos propios, manteniéndose exactamente la misma proporción que existía hace un año. En tanto, del financiamiento de terceros, el sistema bancario representa 39% del total (20% créditos bancarios, 19% tarjetas rurales). El financiamiento otorgado por proveedores de insumos llega a 32% (17% canje futuro y 15% créditos comerciales), mientras que 6% lo hace a través de descuento de cheques con sociedades de garantía recíproca (SGR).