sábado 23, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Descartan acto de defensa y condenan por homicidios en altamar

BARCO. Estuvo amarrado en Buenos Aires mientras se recolectaron pruebas.
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El penado mató a dos compañeros a bordo del buque Maersk Luz, de bandera de la Región Administrativa Especial de Hong Kong, en febrero de 2012. Le dijo al capitán que las víctimas eran “muy lentas”

Reich Alvarado Longno, marinero filipino, fue condenado a 12 años de prisión por matar en altamar a dos de sus compañeros de tripulación.

El hecho ocurrió el 17 de febrero de 2012, en el buque Maersk Luz, de bandera de la Región Administrativa Especial de Hong Kong, República China.

A su turno, el fiscal general Miguel Ángel Osorio le reclamó una sanción similar (14 años) al Tribunal Oral Federal Número 1, integrado por José Antonio Michilini, Ricardo Basílico y Adrian Grunberg.

El representante del Ministerio Público Fiscal (MPF) consideró acreditados los hechos al valorar las pruebas producidas en las etapas de instrucción y de juicio, tales como declaraciones testimoniales de la tripulación, actas, documentos, autopsias, fotografías, elementos secuestrados e informes periciales -en particular, del Departamento Científico Pericial de la División Criminalística de la Prefectura Naval Argentina, que se constituyó en la embarcación cuando arribó al puerto de Buenos Aires- médicos y genéticos.

Osorio reseñó que, pasadas las dos de la mañana, Longno causó la muerte de Leodegario Jr. Luna Labores y Marlon Guirjem Tingson, de nacionalidad filipina, valiéndose de cinco cuchillos con los que les causó 25 y 24 heridas en sus tórax y abdomen, respectivamente.

El barco estaba navegando en aguas internacionales, a unas 30 millas náuticas de la costa de Brasil. Había zarpado del puerto de Santos y se dirigía a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En tanto, precisó que un marinero que realizaba un recorrido de vigilancia observó gotas de sangre en la cubierta, por lo que le dio aviso al capitán quien, al ingresar a la sala de recreación, vio a Longno con el torso desnudo, ensangrentado, con un cuchillo en una mano y otros cuatro en su cintura, luego de lo cual ordenó que se diera la señal de alarma.

Además, detalló que el acusado -nervioso y agresivo, según lo describieron sus colegas- huyó y apareció en la sala de navegación portando un cuchillo y dos sierras y entabló un diálogo con el capitán en el cual refirió que quería hablar con su novia y luego arrojarse al mar. Además, le dijo que las víctimas eran “muy lentas” y que, debido a eso, “estaban en el cielo”.

El fiscal narró que luego de una hora de tensión el encartado logró ser reducido por seis integrantes de la tripulación.

El barco estaba navegando en aguas internacionales, a unas 30 millas náuticas de la costa de Brasil. Había zarpado del puerto de Santos y se dirigía a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El representante del MPF consideró que lo ocurrido no se trató de un acto de defensa porque Longno no presentaba ninguna otra herida punzocortante ni lesiones, más allá de escoriaciones que pudieron producirse al momento de ser reducido.

El Maersk Luz permaneció en el puerto porteño hasta el 22 de febrero de 2012, fecha en la que se dispuso su libre navegación, luego de haberse llevado a cabo la recepción de las testimoniales, los levantamientos de rastros, los secuestros, las tomas de vistas fotográficas, las inspecciones oculares y el retiro de los cuerpos, todo bajo la supervisión y dirección del personal del juzgado. También estuvo presente el cónsul de Filipinas.

El representante del MPF consideró que lo ocurrido no se trató de un acto de defensa porque Longno no presentaba ninguna otra herida punzo cortante ni lesiones, más allá de escoriaciones que pudieron producirse al momento de ser reducido.

Cultura

El fiscal recordó que un testigo contó que Longno le había dicho que mató a sus compañeros porque abusaron de su familia, lo cual implica una falta grave en la cultura filipina, según lo expresado en otros relatos. Por otro lado, consideró las conclusiones de un profesional que expuso que el grado de alcoholemia descubierto en el imputado mediante un análisis ordenado por el capitán pudo “haber facilitado pero no determinado el accionar del causante”.

A su vez, ponderó que Luna Labores y Tingson tenían 3,24 y 2,31 gramos por litro de alcohol etílico en sangre, respectivamente.

El debate comenzó en noviembre del año pasado. El ahora condenado contó con defensa oficial y el vicecónsul de la República de Filipinas en el país, Miguel Carlo Hornilla, ofició de intérprete.

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