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El impacto de la pandemia y el contexto económico imponen a abogados, contadores, empresarios y administradores de empresas profundizar el conocimiento de las implicancias legales y los negocios de este segmento. El especialista Carlos Molina Sandoval analiza las herramientas para prevenir o atacar conflictos diferenciando gestión, propiedad y familia
El actual contexto de cambio jurídico, la incertidumbre política y empresarial y el impacto de la emergencia sanitaria imponen a profesionales y a asesores externos profundizar el conocimiento sobre las implicancias legales de las empresas y los negocios familiares. Es conveniente prevenir posibles conflictos de interpretación en las nuevas estructuras de los negocios. Hoy emergen múltiples inquietudes: ¿Cuál debe ser el esquema de organización de un patrimonio familiar? ¿Cómo debe planificarse la cuestión? ¿Qué va a pasar con los fideicomisos familiares? ¿Qué sucede con el régimen de uniones convivenciales? ¿Cuáles son sus alcances? ¿Para qué fines son útiles las sociedades anónimas unipersonales y las sociedades anónimas simplificadas?
El abogado especialista en derecho empresarial y director en Córdoba del Instituto Argentino de Empresas Familiares, Carlos Molina Sandoval, pone bajo la lupa uno de los temas más álgidos en el mundo empresarial.
Las herramientas legales de profesionalización se convierten en claves para conocer las múltiples situaciones a las que se deberán enfrentar abogados, contadores, administradores de empresas y empresarios.
El tema será materia del próximo curso de perfeccionamiento que organiza Comercio y Justicia. Antes, brindó un anticipo.
“En las empresas familiares, en las que conviven familiares con propietarios y con empleados, muchas veces los conflictos emocionales que se plantean en la familia se pueden trasladar a la empresa. La pandemia ha demostrado desgastes emocionales fruto de convivencias, el aislamiento y la crisis que hoy viven las empresas, esto impacta en las empresas familiares.
La pandemia genera una crisis económica, una crisis familiar y nos preguntamos cómo se puede mejorar o ‘surfear’ esta crisis”, describe Sandoval, quien es docente universitario y doctor en Derecho y Ciencias Sociales.
¿Por dónde se empieza a ordenar todo este impacto de la pandemia en la empresa familiar?
Lo primero es hacer un diagnóstico, en el que se evalúan tres aspectos de la empresa: la familia en lo que tiene que ver con relaciones familiares y sistema de valor; se evalúa la gestión entre ellos, la gestión de los empleados (familiares y no familiares) y se evalúa la propiedad. Muchas veces, una falta de profesionalización de la empresa familiar hace que no estén adecuadamente relacionadas. Entonces, las herramientas que uno usa tienen que ver con el área que quiero profesionalizar: familia, gestión, propiedad. El instrumento más adecuado para esto es un protocolo familiar que lo que hace es fijar pautas de convivencia entre estos tres círculos. A partir de ahí hay muchas herramientas legales que procuran darle algunos matices a cada una de las decisiones que se toman. Por ejemplo, si puedo mantener la propiedad y dar el usufructo a una persona, uso un usufructo de acciones. O si quiero consolidar la posición de dirección puedo hacer un fideicomiso en el que pongo las acciones de la empresa familiar.
En el marco sucesorio, muchas veces aparece la donación con reserva de usufructo, aparecen los anticipos de herencia, aparece la división de bienes patrimoniales a los efectos de evitar que los traspasos de generación o los conflictos familiares generen una situación que invada a toda la familia.
Entonces, la idea es profesionalizar la sociedad, mejorando los sistemas de órganos y la modalidad de toma de decisiones o cómo se transmite la información, profesionalizando los contratos, tratando de regular la propiedad.
Por ejemplo, en la gestión, regular la retribución de los empleados familiares. A veces se cree que a los empleados familiares se les paga más, pero en general las encuestas demuestran que se les paga menos que a los empleados comunes. ¿Por qué ocurre esto? Porque como tienen una visión de largo término, se les dice “esto va a ser tuyo, hoy ahorremos y ganemos menos todos”. Entonces, se tiende a retribuir incorrectamente a los empleados familiares con respecto a los no familiares, y en esa cuestión muchas veces el que ganó poco entiende que el mayor valor que generó la compañía es fruto de su esfuerzo.
Poder regular y pensar para adelante hace que se puedan evitar algunos conflictos.
Trabajar sobre la prevención
En las empresas familiares, es mejor prevenir los conflictos que curarlos. Hay una cuestión emocional que no tiene que ver con una cuestión de reparto sino con cuestiones muy subjetivas internas. Poder de antemano discutir esas cuestiones de manera respetuosa y abierta genera una esterilización del conflicto. Pero, aun así, si la empresa tiene mecanismos para poder monitorear o resolver los conflictos familiares, se generan menos conflictos. Si logro generar una separación metodológica y conceptual de la familia, empresa/propiedad y gestión, va a ser mucho más fácil resolver los problemas que cuando tengo mezclado todo.
¿Cuáles son las principales consultas de las empresas familiares que está recibiendo durante la pandemia?
En general los problemas tienen que ver con planificación, la falta de pautas claras sobre cómo se van a dividir los bienes, sobre qué va a realizar cada uno. Hay algunos hijos o familiares dispuestos a trabajar en la empresa y otros que no tienen la visión de trabajar sino de cobrar una utilidad, y eso se puede manejar con herramientas.
Fundamentalmente, la mayoría de las consultas por mi formación de abogado tiene que ver con los problemas sucesorios; cuando hay un problema imprevisto, el padre fallece y deja los bienes, se generan conflictos sucesorios grandes, muchas veces la intervención de distintos abogados por distintos sucesores genera conflictos de honorarios y de costos que exceden lo que tiene que ver con una adecuada prevención.
AGENDA
- Curso de perfeccionamiento Empresas familiares: herramientas legales de profesionalización.
- Dicta: Carlos Molina Sandoval, abogado, doctor en Derecho y Ciencias Sociales, máster en derecho empresarial, diplomado en derecho procesal, director en Córdoba del Instituto Argentino de Empresas Familiares, profesor universitario de grado y de posgrado.
- Fecha: miércoles 27 de agosto.
- Horario: 18 a 20.
- Modalidad: virtual; clases online en vivo por plataforma Zoom.
- Destinatarios: abogados, contadores, administradores de empresas y empresarios.
- Preinscripción e informes: https://comercioyjusticia.info/cyjcapacitaciones
- Descuentos: 20% para suscriptores de Comercio y Justicia y Semanario Jurídico. Descuento de 15% para socios de la Cámara Argentina de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (MPM) y de la Unidad de Vinculación Tecnológica (Uvitec).
- Organiza: Comercio y Justicia.
