Tras pasar dos días detenido en la Comisaría 9ª de Quilmes por matar a uno de los ladrones que entraron a robar a su casa mientras dormía, Adolfo Ríos, de 71 años, accedió al beneficio de la prisión domiciliaria.
La medida fue ordenada por el juez Martín Nolfi y el fiscal de la causa, Ariel Rivas.
En medio de la pandemia, se tomó en cuenta que el imputado -primero, por homicidio con exceso en la legítima defensa y luego por homicidio agravado por el uso de arma de fuego- sufre de EPOC, tuvo un infarto y solo tiene un riñón.
El hecho ocurrió el sábado a la madrugada, cuando los malvivientes -al menos cuatro- sorprendieron a Ríos mientras dormía en un sillón y, mientras lo golpeaban, le exigían dinero.
En esas circunstancias, el hombre extrajo una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros y efectuó al menos seis disparos en contra de sus atacantes, quienes huyeron de inmediato. Alertados por un llamado al 911, efectivos del Comando Patrullas Quilmes se dirigieron al lugar y encontraron a un joven tendido sobre el asfalto, sin vida, con heridas de arma de fuego en el hemitórax izquierdo. Luego se determinó que se trataba de Franco Moreyra, alias “Piolo”, residente en la zona.
A su vez, el dueño de la casa fue asistido por personal de salud, que constató heridas sangrantes en su cabeza y lesiones visibles en un antebrazo y en el rostro.
Los registros de las cámaras de seguridad de dos vecinos de la cuadra complicaron la situación de Ríos. En las filmaciones se ve cómo mientras sus cómplices huían de la escena, Moreyra se detuvo, herido, y que el propietario se le acercó, forcejaron y le disparó cuando ya estaba indefenso.