Lo advierte un informe del Iaraf, que ejemplificó que ese impuesto subió 368% en diez años para un trabajador que hoy gana $110.000 y sólo 30% para quien percibe $315.000
Un documento difundido por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) alertó sobre la disparidad en la aplicación del impuesto a las Ganancias en el país, señalando que la suba registrada en la última década se combina con una “pérdida de progresividad”.
“El impuesto a las Ganancias es una de las principales fuentes de ingresos tributarios en
prácticamente la totalidad de los países desarrollados o en vías de desarrollo”, indicó el texto en su introducción y explicó que “adicionalmente, es uno de los principales instrumentos utilizados para darle progresividad al sistema, toda vez que los impuestos al consumo afectan proporcionalmente con mayor énfasis a los estratos de más bajos ingresos”.
No obstante, en el país se registró en los últimos años una implementación con pérdida de progresividad para quienes cobran menos, en tanto -según ejemplificaron los especialistas en el documento- mientras que a un trabajador que hoy gana $110.000 mensuales percibió un incremento en este tributo de 368% entre 2009 y 2019, a uno que actualmente gana $315.000 el impuesto solamente aumentó 30%.
“La situación experimentada entre 2002 y 2015 en Argentina, se caracterizó por la decisión de mantener un elevado porcentaje de trabajadores dependientes fuera del alcance del impuesto, pero a costa de un fuerte incremento de presión tributaria sobre los trabajadores dependientes y autónomos de ingresos medios, dado que la situación de aquéllos de ingresos altos permaneció, en términos relativos, casi sin modificaciones”, indicaron los economistas Nadin Argañaraz y Andrés Mir.
No obstante, el informe aseguró que las reformas instrumentadas en 2016 permitieron eliminar “inconsistencias” anteriores y reducir parcialmente la suba de la presión impositiva, aunque aún se puede realizar importantes observaciones.
Así lo demuestra una estimación realizada entre los años 2009 y 2019, donde la suba porcentual para los distintos tramos de ingresos fue dispar, según lo indicó un cuadro presentado en el documento difundido este domingo.
En este lapso, los asalariados que hoy perciben $94.500 tuvieron un incremento de 100% en el impuesto; mientras que los que cobran $110.000 tuvieron un alza de 368%; para los trabajadores cuyo salario mensual es de $126.000 la suba fue de 335%, para los ingresos de $157.000 fue de 103%; para los sueldos de $188.000 correspondió un 77% y para los de $315.000 fue de 30%.
Así, se detalló, “los porcentajes de incremento de la alícuota efectiva han sido más altos para los niveles de ingresos medios que para los altos salario”, lo cual sucedió debido a que “año a año los salarios intermedios quedaban injustificadamente alcanzados por
alícuotas legales más elevadas” por el “efecto de los incrementos nominales de sueldos,
en tanto que los salarios muy elevados que ya estaban alcanzados en gran proporción por la alícuota máxima no tuvieron gran variación de presión tributaria, porque ésta no se incrementó”.
Con relación a este análisis, los especialistas indicaron que “nuevamente ha surgido la discusión sobre la incidencia del impuesto a las Ganancias sobre los trabajadores asalariados y sobre si éstos deben pagar o no el impuesto” pero que “en lugar de centrar la discusión en este último punto, la misma debiera centrarse en dos dimensiones del tributo: ¿a cuántos trabajadores alcanza? Y ¿cuánto pagan los trabajadores alcanzados?”.
Además, se aseguró que “Argentina debe avanzar en una reforma integral de su sistema tributario”, entendiendo que se deben precisar claramente los objetivos para definir cuáles serán los cambios.
“Como en todo análisis, es clave que el diagnóstico sea correcto y compartido por la mayoría”, se concluyó.