El presidente Alberto Fernández volvió a respaldar ayer el pedido de la vicepresidenta Cristina Kirchner para que el FMI acepte una quita en la deuda, horas después de que la jefa de ese organismo, Kristalina Giorgieva, ratificara que eso no es posible.
El jefe de Estado coincidió con Cristina en que el organismo violó sus reglamentos internos al prestarle dinero al gobierno de Mauricio Macri, al que calificó como un “tomador compulsivo de créditos”, que necesitaba financiar la “fuga de divisas” y controlar el tipo de cambio.
“Cristina dijo algo que es absolutamente cierto: planteó que si el Fondo fue capaz de hacer abstracción de sus normas internas para financiar la fuga de divisas, bien podrían hacer abstracción ahora de la norma que dice que no se pueden hacer quitas”, dijo el jefe de Estado en diálogo con Radio 10.
Sostuvo que “así como el Fondo ha faltado a las obligaciones que tenía cuando le prestaba dinero a un tomador compulsivo de créditos, que no podía pagar de ningún modo y todos sabían que era para financiar la fuga de divisas y controlar el tipo de cambio, ahora podría reflexionar y tener en cuenta esto otro (la posibilidad de una quita)”.
“En términos racionales está bien lo que dice Cristina, después están los intereses del Fondo”, manifestó.
A mediados de 2018, la Argentina firmó un acuerdo stand by con el Fondo por un desembolso global de 57 mil millones de dólares, de los cuales sólo ingresaron 44.867 millones, pues el Presidente pidió que el organismo desista de mandar el resto.
De los desembolsos correspondientes al acuerdo de asistencia financiera del Fondo a la Argentina el primer giro llegó al país en junio de 2018, por 14.916 millones de dólares.
El segundo fue en diciembre de ese año por 8.128 millones de dólares; el tercero llegó el 30 de octubre por 5.619 millones; en abril desembolsó 10.818 millones y el último en julio, por 5.386 millones.