Por Gustavo Ariel Guelbert*
La semana que termina, a pesar de haber sido corta en cantidad de día hábiles, ha reforzado un rumbo de mejores expectativas entre los analistas y operadores.
Esta sensación tiene que ver con cuestiones objetivas y también con señales que permiten decisiones de portafolio un poco más agresivas.
El mercado celebró la colocación de deuda que consiguió el Gobierno para enfrentar el vencimiento en pesos del bono conocido como Bopomo, que ajusta a la tasa de política monetaria. Habiéndose realizado un trabajo previo con los principales tenedores del bono, se consiguió financiamiento por un valor superior a 75% del vencimiento.
Todo ello en un contexto internacional en que la tensión comercial disminuye en antesala al año nuevo con firma de acuerdo de primera fase entre China y EEUU prevista para enero y de mejora en los indicadores externos.
Si bien es polémica en sus formas y disposiciones, la aprobación de la Ley de Emergencia Económica fue leída por el mercado como una medida que permite trazar un camino fiscal más sostenible y cierto, lo cual ayudó a revertir fuertemente la tendencia de los bonos y ubicar el
riesgo país en niveles de 1.813 puntos, mínimo para la deuda argentina en varios meses.
El pragmatismo del Gobierno, a pesar de las medidas impopulares, y la velocidad de su ejecución da cierta credibilidad a la visión sistémica que el ministro de Economía, Martín Guzmán, relata en cada oportunidad que se encuentra con los medios de comunicación.
La reducción de la tasa de política monetaria sigue en línea con lo esperado, teniendo asegurado un dólar contenido por la imposibilidad de comprar en el Mercado Único Libre de Cambios y el impuesto al que han sido gravadas todas las operaciones para atesoramiento o consumos en el exterior.
El diferimiento de los vencimientos de Letes en dólares, al mismo tiempo que se ratifica el pago de la deuda en pesos, va en línea con la idea de dotar al mercado de previsibilidad, lo cual es condición necesaria para una recuperación (aunque no suficiente).
Por supuesto, los analistas se mantienen expectantes de la instrumentación de las medidas, de la redacción de las reglamentaciones específicas y sobre todo del inicio de las negociaciones concretas con los acreedores para lograr un camino de vencimiento sostenible con el menor daño posible para los tenedores de la deuda soberana.
En ese sentido, seguimos sugiriendo carteras muy conservadoras, con instrumentos internacionales, y con poca exposición al riesgo local. Para perfiles un poco más agresivos, sugerimos incorporar bonos locales del tramo corto de la curva e incluso un porcentaje acotado a instrumentos locales en pesos.
Las medidas recién comienzan, la instrumentación será clave, y sin dudas vendrán nuevas disposiciones que van a afectar en forma directa al mercado local.
Estar atentos, y evaluando permanentemente la consistencia intertemporal de las medidas que se
adopten, es nuestra principal recomendación.
*Director de Becerra Bursátil SA