sábado 23, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Los retos del próximo gobierno en un mapa convulsionado e incierto

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Turbulencias y crisis políticas, económicas y sociales, tanto en la región como en el mundo, conforman el escenario que le espera al futuro presidente de Argentina. Los virulentos conflictos en Chile, Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela son temas candentes en la agenda de las relaciones internacionales. ¿Qué desafíos y amenazas puede significarle este contexto? Analizan Daniel Zovatto, César Tcach, Matías Bianchi y Federico Lozzano.

Carolina Klepp – [email protected]

Los conflictos que se han desatado en América Latina se multiplican desde Chile, Bolivia y Ecuador hasta Perú, Venezuela, pasando por Honduras y México. La lista de desafíos para el próximo gobierno argentino en materia de política exterior es importante, no sólo por lo que ocurra en el mapa más cercano, sino porque el mundo también está convulsionado: la tensa relación entre Estados Unidos y China con efectos globales, y la incertidumbre en torno al brexit, son algunos de los tantos frentes geopolíticos que ponen en jaque al país. Las crisis que se viven en la región son complejas y tienen temas comunes a los argentinos: deterioro económico, pobreza, desigualdad, corrupción, violencia. Y también el hartazgo común de una sociedad al límite de la paciencia ante gobiernos que no escuchan ni responden a las necesidades de los ciudadanos. Cuatro analistas -Daniel Zovatto, César Tcach, Matías Bianchi y Federico Lozzano- trazan un panorama para Comercio y Justicia.

Argentina está condenada a ponerse de acuerdo y tener una brújula estratégica

Por Daniel Zovatto
Politólogo, director Regional de Idea
Internacional para América Latina y Caribe

 

En medio de la convulsión de la región, daría la impresión de que Argentina es un oasis, pero la lista de desafíos es importante y se puede leer en un contexto tridimensional: mundial, regional y local.
Económicamente, hay que tener en cuenta la desaceleración global de la economía. China crece a un dígito y ya no a dos, Brasil, a menos de 1%, y esto repercute en la región y en Argentina. La guerra comercial entre Estados Unidos y China a veces genera oportunidades pero a veces, desaceleración. A este contexto global hay que sumarle la situación del brexit y los diversos riesgos geopolíticos que afectan a la economía mundial.
En cuanto a la dimensión regional, la región en promedio no está creciendo. Además, hay que ver las situaciones de cada país: México con crecimiento menor al 1%, 30.000 homicidios y el narcotráfico. Guatemala, Honduras y El Salvador con intestabilidad política y temas migratorios al igual que Venezuela. Bolivia, con un escenario muy complejo, y en Ecuador y Chile queda demostrado que desafiar medidas económicas puede tener su efecto para los gobiernos y la gente en las calle. En tanto, Argentina se encuentra con una inflación que cerraría este año en 60%, desempleo, un índice de pobreza que llegaría a 40%, altísimo nivel de endeudamiento con el FMI y bonistas, más los desafíos de la cuarta revolución industrial que si bien va a generar ciertos empleos también destruirá otros.

Lo cierto es que a este país no lo saca adelante un solo grupo político, ni un político solo. Se requiere de un acuerdo de cuatro a seis puntos, una política de estado que implique: reactivar la economía, lograr empleo y educación de calidad, bajar la inflación y poder pagar la deuda, y un marco de acuerdo que permita ganar productividad -algo que implica reformas tributaria y laboral-.
En este contexto, Argentina está condenada a ponerse de acuerdo, a entenderse, a acordar una brújula estratégica del país. De lo contrario, las consecuencias en esta región implicarían, por ejemplo, el crecimiento de la pobreza. Como diría Ortega y Gasset: “¡Argentinos, a las cosas, a las cosas! Como sociedad tenemos que tener la capacidad para cambiar las cosas y el comportamiento. Para lograr un acuerdo nos puede ayudar el sentido de urgencia en el que nos encontramos.

En Latinoamérica los sistemas políticos están sobre una cuerda floja

Por César Tcach
Historiador, investigador del Conicet y profesor de la UNC

Gobiernos acorralados por inmensas protestas populares en Chile y Ecuador, dictadura cívico-militar y terrorismo de Estado en Venezuela, un presidente reaccionario y culturalmente premoderno en Brasil, otro de izquierda, postneoliberal y exitoso pero que sucumbe a la tentación hegemónica en Bolivia. También, un gobierno progresista en México, aunque impotente frente al narcotráfico y el crimen organizado. El mapa latinoamericano dibuja un escenario turbulento: sus sistemas políticos están sobre una cuerda floja.
En este contexto, la elaboración de políticas de Estado en política internacional por parte del nuevo gobierno argentino debería tender un puente virtuoso con capacidad de unir la defensa de la democracia política con el ensanchamiento de la ciudadanía social en América Latina. Sólo así podrá robustecer su legitimidad.
Pero el nuevo presidente deberá navegar contra el viento. Construir un bloque regional o resucitar el Mercosur es, en este contexto, sumamente difícil.
Por otra parte, debería intentar dar una salida decorosa a temas pendientes de administraciones anteriores como el atentado terrorista contra la Mutual AMIA, que involucra al Estado islámico de Irán, cuyos funcionarios se niegan a ser indagados por la justicia argentina.

El Mercosur no parecería ser una alternativa

Por Matías Bianchi
Doctor en Ciencia Política y director de Asuntos del Sur

El mundo está convulsionado y no hay un dispositivo que pueda jugar un rol como el que deben tener los partidos políticos, que es el de crear consensos, generar una pedagogía social de lecturas del mundo de hacia qué norte ir, de gestar diálogos multisectoriales. Los partidos políticos se han quedado como meros canales electorales. Entonces, en un contexto como en el de América Latina, con baja de los precios de los commodities, los que son más conservadores toman una agenda neoliberal que es por definición antiinclusión y antidistribución, y los que son de izquierda se les empieza a ver procesos de corrupción. De los dos lados han perdido legitimidad. Entonces, cuando viene el ajuste, la sociedad no tiene un sector de dónde agarrarse y sale a las calles. Como los gobiernos tienen poca capilaridad y no generan consensos, salen a ejercer la fuerza. Ése es el punto en común entre los países de la región, pero cada uno responde a una cultura política y contexto distinto. No creo que los nuevos gobernantes del país se encuentren con un efecto contagio de lo que acontece en la región.
Por otro lado, uno de los factores que más hemos sufrido luego de la caída de los gobiernos progresistas es la pérdida de autonomía política internacional. Al desarticularse la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unasur -que no es que eran geniales- definitivamente ahora no hay muchos espacios de articulación. Desde México están intentando volver a reunir espacios progresistas, el Grupo de Puebla, pero es demasiado incipiente. Y frente a la mayor internacionalización, la idea del Mercosur, una resistencia de países que buscan industrializarse, ha fallado y no parecería ser una alternativa.
Además, el mundo está muy incierto: la guerra económica entre Estados Unidos y China, una Unión Europea que flirtea con nosotros y después dicen que no, un mundo que va a ser muy complejo para el próximo presidente.

Sociedades movilizadas que van viendo las mismas demandas en la región

Por Federico Lozzano
Profesor de Relaciones Internacionales y Ciencia Política (Universidad Siglo 21)

El próximo presidente se va a encontrar con una serie de inconvenientes que va a tener que desactivar rápidamente. El primero es el tema del Mercosur y el acuerdo con la Unión Europea, porque ya hay una traba que es Francia y si el acuerdo quiere prosperar tendrá que buscar la forma de lograr consensuar los puntos que están en disputa que son los agrícolas e industriales.
Otro punto es la postura que tome respecto al conflicto venezolano porque se ha regionalizado en el marco de la migración forzosa por parte de los ciudadanos de ese país. Es decir, si intervendrá a través de la ONU, OEA, Mercosur.
Por otro lado, tenemos conflictos nuevos como el de Chile. El próximo presidente tendrá que pronunciarse y ver qué medidas toma porque los conflictos que está sufriendo la ciudadanía chilena no son ajenos a Argentina; son similares en materia económica y política salvando las diferencias de cómo se conforman cultural y políticamente ambas sociedades.
La situación de Ecuador sería relevante por el caso del FMI y el rol que ha jugado la economía ecuatoriana que si bien ya venía dolarizada tenía un paquete propuesto por el fondo que ha resultado en aumentos exorbitantes para lo que es el estilo y nivel de vida ecuatoriano. Algo que ha pasado en Argentina pero que lo han logrado contener debido al vínculo estrecho que ha mantenido Estados Unidos con respecto al gobierno de Macri.
La región está candente, la sociedad latinoamericana está empezando a ver que sus demandas no son atendidas por los gobiernos, independientemente si son de izquierda o de derecha. Y ante esta anomia o desidia respecto a cuestiones centrales sociales, políticas y económicas, la gente ve que tiene poder para cambiar esto. Chile lo ha hecho porque el presidente ha frenado la suba en el transporte. Uruguay está movilizada y está trabando el avance de reformas políticas que quieren implementar en materia de seguridad. El mundo entero, por diversas causas, se está movilizando.
Es excluyente que el próximo gobierno tome una postura frente a cada cuestión y con mucho cuidado, tratando de preservar los intereses propios que tiene Argentina como políticas de Estado que son: Malvinas, el rol en Mercosur y en Naciones Unidas.

Comentarios 1

  1. Muy buen artículo, nos deja dilucidar con más facilidad cuál es el panorama no solo de Argentina, si no también de la Región. Excelente lo heterogéneo de los profesionales, ya que se especializan en diferentes campos, brindando así un abanico más amplio para la comprensión de la situación económica contemporánea.

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