Son cada vez más las empresas del sector alimentos que exhiben medidas de crisis y que enfrentan a partir de esto diversas situaciones de tensión con las representaciones gremiales.
Es el caso de La Virginia, en Rosario. Ante el despido de empleados de planta y en respaldo al pedido de recategorizaciones, el Sindicato de la Alimentación de Rosario se manifestó en alerta por irregularidades graves en la firma e inició medidas de fuerza.
El gremio elevó su alerta ante despidos inminentes. Pero, además, apuntó a la recategorización de trabajadores de planta, quienes fueron considerados temporarios.
En tanto, la alimentaria Balcarce finalmente oficializó las consecuencias de la crisis que atraviesa al anunciar despidos y reducción de jornadas para los trabajadores de su planta de Mar del Plata.
La firma entró formalmente en crisis al recortar personal temporario y reducir jornadas de trabajo. Enfrenta caída de ventas y el aumento de los costos de producción. Además, lanzó una reducción de jornada y salario para el personal de producción con el fin de ajustar los gastos. De esta forma garantizará por ahora la estabilidad laboral de sus empleados de planta.
El sindicato se manifestó en alerta por la situación que viven los trabajadores y por el traslado del impacto económico a los proveedores.
Por su parte, en la empresa Cereales 3 Arroyos los trabajadores volvieron a reclamar la normalización de la situación en la planta.
Es que desde la fuga de la patronal y la experiencia autogestiva con la gerencia, volvió la incertidumbre. Por eso, el jueves pasado pidieron audiencia con el intendente de Tres Arroyos, Carlos Sánchez, para que colabore con la crisis que están atravesando los trabajadores. El reclamo responde a la necesidad de garantizar un ingreso que permita la manutención de las familias, dijeron.