Comenzó el juicio oral en contra de tres ex directivos de la Fundación de la Hemofilia por el contagio masivo de pacientes con VIH y hepatitis C entre 1985 y 1992.
El debate se inició ayer, con la lectura de la acusación fiscal, ante el Tribunal Oral Federal 3, a cargo del juez Fernando Machado Pelloni.
Son juzgados los médicos Pedro Pérez, Miguel de Tezanos Pinto y el abogado Eduardo Biedma.
Tanto los encausados como los pacientes afectados y los familiares de otras víctimas concurrieron a la audiencia, en la cual se recordó que los contagios masivos generaron enfermedades graves y, en algunos casos, la muerte de los afectados.
María Alejandra Mángano fue la fiscal que instruyó la causa, que se inició en 2005, por una denuncia del abogado Gonzalo Gidone.
“Los imputados no notificaron a los pacientes sobre la posibilidad de contagio”, sostuvo el fiscal Patricio García Elorrio, al formular su acusación, recordando que por por ello se multiplicó el contagio de las personas que mantenían relaciones habituales con los damnificados sin la pertinente prevención, ya que los desconocían que habían sido infectados.
En tanto, destacó que se trató de la aplicación de factores antihemofílicos 9 y 8 “a sabiendas de que no eran confiables” y de que habían sido rechazados por Japón y Estados Unidos.
Desde principios del año 2000 comenzaron a fallecer algunos de los contagiados, cuyos nombres se recordaron en la audiencia.
Para la fiscalía, hubo una clara imprudencia en el deber profesional de los acusados.
Pérez está jubilado. Era director médico de la fundación y actualmente vive en Arraial D’Ajuda, Brasil.
En tanto, Tezanos Pinto se desempeñaba como asesor médico de la fundación y Biedma era secretario del Consejo de Administración.
En su momento, el juez Sebastián Ramos procesó a los galenos por no haber controlado los concentrados de coagulación que se le suministraron a los hemofílicos, pero la Cámara Federal agravó la calificación.