El juez Alejo Ramos Padilla procesó por los delitos de “coacción y extorsión” al periodista Daniel Santoro en el marco de la causa que investiga la red de espionaje político. El magistrado, quien le dictó la falta de mérito del periodista en orden al delito de asociación ilícita, dictó el procesamiento de Santoro por considerar que estaba al tanto de las actividades delictivas de Marcelo D’Alessio y que no sólo utilizó al falso abogado como una simple fuente, sino que tuvo un papel clave para llevar a cabo sus maniobras. Además, lo embargó por tres millones de pesos.
A Santoro se lo investiga como partícipe necesario de los delitos de coacción y extorsión en perjuicio del ex directivo de PDVSA Gonzalo Brusa Dovat y del empresario Mario Cifuentes en el marco de la causa conocida como el caso D’Alessio.
El mes pasado, Santoro declaró ante Ramos Padilla en el juzgado de Dolores y negó la presunta vinculación con la banda que integraba D’Alessio, detenido por extorsión y espionaje ilegal, y que desconocía las tareas que llevaba adelante esta organización delictiva.
“D’Alessio usó mi nombre sin mi consentimiento. Fue fuente mía para cuatro o cinco notas, pero soy totalmente ajeno a los delitos que le imputan”, sostuvo el periodista.
Pese a esta defensa, para Ramos Padilla quedó claro que Santoro sabía que D’Alessio realizaba labores de inteligencia, espionaje e investigación criminal sin poseer ningún tipo de facultad legal para ello y, en lo que concierne al caso concreto, se servía de ellas pese al notorio conocimiento de su origen ilícito”. Concretamente, el juez consideró probado en su resolución que la banda “requirió la participación de Santoro” para llevar a cabo la extorsión contra Brusa Dovat y Cifuentes. El juez expuso durante más de 250 páginas distintas pruebas sobre el supuesto rol del periodista, así como chats y fotos que lo vinculan con D’Alessio.
Existió una coordinación entre lo actuado por la asociación ilícita y las conductas llevadas a cabo por Santoro al punto tal que las acciones de éste favorecieron los planes extorsivos que llevó adelante la organización durante más de dos años. La actividad de Santoro se constituyó como una herramienta fundamental de la organización para consumar sus planes ilícitos, ya sean extorsivos o de “blanqueo” y/o direccionamiento de información en el circuito legal”, escribió Ramos Padilla.