Según Claudio Pizzi, los gobiernos deben generar condiciones para casos de extrema emergencia como es el actual, no descuidando la necesidad de generar organizaciones sustentables. Sin embargo, destaca que una vacuna para las empresas que se llame “proteccionismo, asistencialismo y subsidios permanentes” puede funcionar a corto plazo como una aspirina pero no como una cura definitiva
“El Covid–19, conocido como ‘coronavirus’, llegó en medio de la ‘batalla’ que los empresarios pymes y emprendedores libran contra la estanflación, las elevadas tasas de interés, la exacerbada presión fiscal y la incertidumbre política y geopolítica. Un enemigo silencioso, traicionero, que acecha la salud física, así como toda actividad comercial en el mundo. Es demasiado para la economía local, sin recursos y con una enorme deuda externa; no obstante, no podemos quedarnos en la ‘circunstancia”, señaló Claudio Pizzi, licenciado en Administración, magister y director de www.dorbaires.com , al ser consultado por Factor sobre el nuevo escenario que implica la irrupción de esta pandemia y los efectos sobre las pymes.
Según el profesional, los seres humanos han sobrevivido a diferentes tipos de pandemias y sus consecuencias económicas. Su reproducción es fruto de la convivencia y el intercambio entre personas, las pésimas gestiones gubernamentales y la escasez de mecanismos y acuerdos globales. A comienzos del siglo pasado, una gran parte de la población mundial vivía en condiciones de pobreza, hacinamiento y guerras. En esos años no existían los “productos derivados de la ciencia” (vacunas o antibióticos) para tratar las enfermedades secundarias que podrían asociarse a los virus. A su vez, en las últimas décadas-destaca el especialista, el mundo ha atravesado la influenza A, en 2009, conocida como la “gripe porcina”, que afectó más de 70 países; la influenza de 1918, la más grave del período, que infectó a unos 500 millones de personas, un tercio de la población mundial. En conjunto con el VIH de la década de 1980, ocasionaron el deceso de millones y millones de personas.
¿Cuál es la diferencia de esta pandemia con las anteriores?
La epidemia Covid-19 surge en un contexto completamente diferente. Se propaga a mayor velocidad, producto de la “globalización” y del proceso de interconexión entre los seres humanos. Las medidas utilizadas en las décadas anteriores para limitar y prevenir el contagio, son las mismas que en la actualidad -cuarentenas, buena higiene personal, y el uso de desinfectantes-. De esta “pandemia” se debe salir en términos sociales y económicos. Son el conocimiento, la investigación, los protocolos de actuación, prevención, atención y los productos desarrollados para atacar la enfermedad los que nos permitieron sobrevivir a los casos anteriores. No hay diferencia entre este proceso y el que debe llevarse a cabo en las organizaciones. En el mundo actual, sin conocimiento e investigación, no es sencillo mantenerse a flote y competir. La vacuna contra la influenza A transformó la epidemia en un virus de la gripe humana habitual que continúa circulando de forma estacional alrededor del mundo, según la opinión de los expertos. El caso del VIH se encuentra controlado por medio de tratamientos antirretrovíricos.
¿Cuál es el camino para salir de la crisis económica que trajo esta emergencia sanitaria?
Si bien el mundo, en la actualidad, cuenta con más herramientas en materia de salud que las existentes en el siglo XX; no disponemos de nada parecido en materia económica global, con capacidad para absorber las medidas de contención y restricción de las actividades sociales y sus consecuencias. Tampoco tenemos en claro cómo controlar los “virus económicos o burbujas” que no surgen a partir de la cuarentena sino como consecuencia de las actitudes en extremo especulativas de los mercados.
Usted habló de “virus económicos o burbujas” ¿puede aclarar esa expresión?
Una explicación a las grandes burbujas podemos encontrarla en el ciclo de los negocios. Actividad económica y precios no pueden crecer exponencialmente por siempre. Al desbalancear las políticas económicas y acentuar medidas monetarias radicales, las personas con acceso a liquidez facilitada por los bancos centrales disponen de dinero extra para invertir en activos que producen volatilidad de todo tipo. Tenemos burbujas en el mercado inmobiliario, el arte, en acciones, en clubes de fútbol y en el mercado de los autos, entre otros. Aparecen cuando las regulaciones e instituciones han sido debilitadas de forma deliberada. Lo mismo ocurre con los virus humanos.
Como dice Viktor Frankl, neurólogo y psiquiatra austríaco, sobreviviente del Holocausto, cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos. No se puede modificar el contexto, sí la propia realidad. Las “pandemias empresariales” existen. La posibilidad de caer en una burbuja, también. Las organizaciones quedan anémicas o quiebran debido a la pérdida masiva de clientes, en favor de nuevos productos, mercados, industrias, preferencias de los consumidores o como consecuencia de decisiones gubernamentales. Los profesionales del management lo venimos advirtiendo por medio de publicaciones, notas periodísticas y trabajos de investigación. A nivel personal, dedico bastante tiempo a hablar con emprendedores y pymes acerca del “cambio”, la incertidumbre como lo único permanente y la necesidad de lograr flexibilidad estructural, mental. Intercambiamos opiniones sobre la sustentabilidad, la necesidad de adaptarse, de modificar el juego mediante la innovación y la creatividad. Les hablo de generar factores críticos de éxito, de la ventaja competitiva y el modelo de negocios. Del tipo de organización que “aprende”. Les brindo ejemplos sobre los errores que cometen las organizaciones “reactivas”, que esperan hasta último momento para “actuar”. Para el caso del coronavirus, el ejemplo son China e Italia y sus velocidades de respuesta ante el cuadro global.
Ante esta situación ¿qué sectores ganan y pierden con la pandemia?
El Covid–19 puede llegar a favorecer a empresas de determinados sectores -en el corto plazo-, mediante el “efecto cuarentena”, como, por ejemplo, las farmacéuticas, de entretenimientos, las fabricantes de productos alimenticios de larga duración, Internet, de higiene. Sin embargo, a la inmensa mayoría puede crearles problemas sumamente complejos. Hablo de comercios, discotecas, empresas de turismo y otros. Su poder de fuego quedará determinado por la capacidad de la ciencia de hallar una solución que no se extienda demasiado en el tiempo. Hoy es muy nocivo, no es posible competir con él, es más severo que la estanflación que nos aqueja, y eso en Argentina es decir mucho. Es probable que modifique notablemente el tablero y las reglas de juego de la competencia para las pymes y grandes empresas, si se prolongan las medidas de contención.
¿Cuál es el consejo para que pequeñas y medianas empresas afronten esta situación?
Ante este cuadro, las pymes deben seguir los consejos de Frankl. Se puede volver del Holocausto y reinventarse. Se puede aprender de “todo y de todos”. Poner la mente en calma. Encontrar espacios de reflexión. Buscar el significado a las crisis y razones para seguir viviendo, produciendo, vendiendo, prestando servicios. La tecnología nos provee de ciertas herramientas para mantenernos operativos. Existe un mundo virtual que la pyme debe descubrir en todas sus facetas. Hoy se puede vender, dar crédito y cobrar por Internet. El trabajo del tipo home office es una realidad. Muchos de los servicios tradicionales que se prestan de manera presencial pueden pasar a modalidad virtual y/o mixta. Desde la atención de pacientes hasta el dictado de clases. Si antes de las restricciones establecidas por el Gobierno “el cliente venía al negocio”, habrá que cambiar de estrategia y “salir a buscarlo con medios alternativos-tecnológicos”. Por supuesto, no todo puede funcionar de esta manera. Las organizaciones que necesitan establecer vínculos directos con el público tendrán que desarrollar “protocolos de atención” amparados en la calidad de servicios y “atributos” que, ante este tipo de situaciones, aumentan su valor relativo. La asepsia y la higiene general, la distribución física en los lugares de esparcimiento y el control de ingreso de personas en locales comerciales.
Visión de negocios, liderazgo y resiliencia
Según Pizzi, las pymes deben orientarse hacia el desarrollo de sistemas de gestión no tradicionales en materia de toma de decisiones, negocios, delegación, control. Para implementar un sistema de home office, tendrán que pasar de la supervisión directa del día a día, a la “administración por objetivos”, poniendo énfasis en las metas a alcanzar, lo que obliga a pensar en estrategias y resultados. Es un momento especial para reflexionar sobre “cómo se han hecho las cosas, y como se podrán hacer de aquí en más”. Como se ha visto a lo largo de la historia, “pandemias y burbujas”, son el producto de la existencia y la interrelación de los seres humanos. No es sostenible, a largo plazo, un mundo de “puertas cerradas”. Las personas sociales por naturaleza. Es posible que se cambien algunas costumbres a partir de estas cuestiones, pero no la esencia del ser humano. Lo peor que puede ocurrir en el marco local –refiere el profesional- es encontrar una vacuna para las pymes que se llame “proteccionismo, asistencialismo y subsidios permanentes”. “Suele funcionar como una aspirina de efecto prolongado y no como una cura definitiva. Las pymes deben aprender a convivir con el error y la incertidumbre, y buscar caminos alternativos. Los gobiernos deben generar condiciones para ‘casos de extrema emergencia como es el actual’, no descuidando la necesidad de generar organizaciones sustentables” destacó el especialista. “El antídoto para muchos de los problemas que aquejan a las pymes se debe fabricar de la puerta de entrada hacia adentro. Se necesitan dosis fuertes de planeamiento estratégico, visión de negocios, liderazgo, resiliencia, y menos de autocomplacencia y justificación. Las pymes no necesitan tocar fondo para modificar actitudes y procesos. El cambio requiere por lo menos de 5 “C” -en un principio, convencimiento, compromiso, y coraje; posteriormente, constancia y creatividad. En este tipo de circunstancias, no hay lugar para las especulaciones” sentenció el profesional.