ESCUCHARPor Luis Carranza Torres* y Carlos Krauth**
La salud humana tiene en lo jurídico más de una dimensión para considerar. Ya sea como derecho de los ciudadanos o como deber de políticas públicas desde el Estado.
La salud implica la plenitud del estado bio-psico-social y, en consecuencia, su amplitud conceptual abarca una cantidad de derechos que forman parte de los denominados personalísimos y que deben ser atendidos para lograr su plena vigencia.
Esto lleva aparejado entender el concepto de salud con una perspectiva más amplia que el tradicional paradigma biologicista, que incluya la cuestión social, privilegiando en tal perspectiva los modernos principios de interpretación y aplicación de derechos humanos.
Por lo mismo, no sólo es un derecho individual predicable respecto del Estado. Tiene también una dimensión colectiva, exigible igualmente respecto de la conducta de los particulares.
Una información que desde hace varios meses viene circulando y parece no preocupar demasiado a la opinión pública es la del aumento de los casos de enfermedades venéreas en el mundo y en nuestro país. Han resurgido viejas afecciones que parecían dominadas y están apareciendo nuevas patologías.
Pese al incesante avance tecnológico es como si no se adelantara, sino se atrasara en la materia. Según un informe publicado por la BBC circulan cuatro bacterias que podrían convertirse en amenazas graves para la salud pública.
Sin embargo, según el especialista de la Fundación Huésped, el doctor Omar Sued, las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) a las que se debe prestar más atención en la Argentina son la sífilis, la clamidia (incluido el linfogranuloma venéreo) y la gonorrea.
El mismo profesional detalló que los casos de sífilis se han triplicado, además de que hubo una epidemia de hepatitis y se están empezando a ver casos hepatitis C, enfermedades que se transmiten por vía sexual. Según datos del Ministerio de Salud de la Nación de los 3.875 casos de sífilis notificados en 2011, la cifra ha trepado en la actualidad a 11.709.
Conforme varios especialista médicos, la raíz de ese aumento se halla en el descuido y falta de protección a la hora de mantener relaciones sexuales.
Un estudio del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires en 2014, los jóvenes tienen mucha información, pero en muchos casos equivocada. Así, 98% de los encuestados sabía que usar preservativo es la mejor forma de prevenir el VIH y el embarazo al mismo tiempo, pero tres de cada diez creía que hay que colocarlo sólo antes de la eyaculación.
Además, de ellos, 95% sabía que en los centros de salud y hospitales públicos se entregan, gratis, métodos anticonceptivos. El tema se agrava y se prueba que no sólo hay mala información sino también cierta cultura de no resguardarse, especialmente por parte de los jóvenes.
La importancia de la salud como valor jurídico no ha estado exenta de discusiones sobre el alcance de la protección que debe dársele. Pero -como surge claramente- no se agota en el tratamiento de la enfermedad sino que principia mucho antes.
Y como en tantas otras cuestiones de nuestra golpeada sociedad, en la cuestión educativa no resulta ajena el tomar conciencia de ciertos valores, empezando por entender que el respeto por la dignidad humana empieza en uno mismo, es una parte esencial también en estas problemáticas.
(*) Abogado. Doctor en Ciencias Jurídicas
(**) Abogado. Magíster en Derecho y Argumentación Jurídica
