Por Mgter. Martín Guezuraga*
En Argentina, se estima que 70% de las compañías familiares desaparece entre la primera y la segunda generación; 30%, la heredan los hijos; y sólo cinco por ciento llega a los nietos. Los números hablan por sí solos y no gestionar de forma adecuada los traspasos es, posiblemente, el camino directo hacia el fracaso. ¿Cómo se puede, entonces, lograr la supervivencia?
La planificación de la sucesión es la herramienta que orienta y guía en este recorrido para transferir el legado entre generaciones y comienza por preparar a la familia y a la empresa. Si bien los factores a tener en cuenta para llevar adelante este proceso son múltiples la resistencia al cambio y la ausencia o la no identificación de un sucesor claro en el mando en la generación que sucede son los problemas más comunes.
En este sentido, se destacan los siguientes aspectos fundamentales que toda organización familiar en transición generacional debe tener en cuenta:
1) Revisar el actual modelo de negocio de la compañía y las posibles necesidades del mismo en el contexto y el ámbito en que la generación que sucede va a actuar.
2) Identificar las posiciones claves para la empresa e implementar un plan de desarrollo de competencias en la generación que sucede para que estén en condiciones de ocuparlas.
3) Rediseñar los roles de la generación que deja el mando
4) Llegar en lo posible al proceso de sucesión anticipada con órganos de gobierno desarrollados y maduros.
5) Transferir los valores y la visión compartida de la familia que permitan encontrar respuestas a la pregunta ¿para qué hacemos lo que hacemos?
6) Preservar el capital emocional y el sentido de pertenencia familiar facilitando lo caminos necesarios para que la generación que sucede los apropie.
Por lo anteriormente expuesto, puede parecer que un proceso de sucesión en una empresa familiar es algo complejo de gestionar condicionado por un sinnúmero de factores potenciados por la carga emocional y los vínculos familiares. Tal vez la respuesta sea que el vínculo, la emoción, los valores y la visión compartida más una gestión profesional de la sucesión sean los puentes que faciliten un traspaso generacional exitoso.
* Director de la especialización en Gestión y gobierno de empresas familiares (Universidad Siglo 21)